En el libro de Job 28:28, se nos presenta una enseñanza profunda sobre la importancia de buscar la inteligencia y la sabiduría, ya que a través de ellas podemos llegar a conocer a Dios. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la conexión entre el conocimiento humano y la divinidad.
La riqueza de la tierra y la sabiduría
El texto comienza hablando de la riqueza natural de la tierra, representada por minerales como la plata, el oro, el hierro y el cobre. Estos materiales son extraídos de la tierra y refinados para ser utilizados en diferentes propósitos. Sin embargo, la verdadera sabiduría no se puede comprar con estas riquezas materiales.
La sabiduría es algo mucho más valioso y trascendental que cualquier tesoro terrenal. El temor de Jehová, es decir, el respeto y reverencia hacia Dios, es el principio de la sabiduría. Además, el apartarse del mal y vivir una vida íntegra y recta, es el verdadero entendimiento.
La búsqueda de la sabiduría
En el versículo 12, se plantea una pregunta fundamental: ¿dónde se hallará la sabiduría? Esta interrogante nos muestra que la sabiduría es algo que trasciende la comprensión humana y no se encuentra en la tierra de los vivientes.
El texto continúa diciendo que ni el abismo ni el mar tienen la sabiduría. No se puede adquirir con riquezas materiales como el oro, el cristal o las piedras preciosas. La sabiduría es algo que va más allá de cualquier objeto de valor en el entorno.
La sabiduría es un misterio
La sabiduría está oculta a los ojos de todos los seres vivientes y a todas las aves del cielo. Incluso el Abadón y la muerte han oído hablar de la fama de la sabiduría. Es algo que solo Dios conoce en su totalidad.
Dios entiende el camino de la sabiduría y conoce su lugar. Él tiene un conocimiento completo y profundo de todo lo relacionado con la sabiduría. Su mirada alcanza los confines de la tierra y ve más allá de los cielos.
El temor del Señor y el entendimiento
En el versículo 28, se establece una relación directa entre el temor del Señor, la sabiduría y el entendimiento. El temor del Señor es el principio de la sabiduría, es el respeto y la reverencia hacia Dios que nos lleva a buscar su conocimiento y aprender de Él.
El apartarse del mal y vivir una vida en armonía con los principios divinos es el verdadero entendimiento. Este entendimiento nos permite discernir entre lo que es correcto e incorrecto, y nos tutorial por el camino de la rectitud.
Buscar la inteligencia y la sabiduría nos acerca a Dios. A través de la sabiduría, podemos entender mejor su voluntad y su plan para nuestras vidas. El temor del Señor y el apartarse del mal nos conducen hacia una vida llena de entendimiento y nos permite experimentar una conexión más profunda con lo divino.
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