Trabajo inteligente: la clave del éxito profesional

Probablemente hayas escuchado que el trabajo duro es la única manera de alcanzar el éxito; pero aquellos que han logrado triunfar en el ámbito profesional saben que esta afirmación es incorrecta. Al poner ambos en una balanza, trabajo duro y trabajo inteligente, ¿Cuál nos aporta mayores beneficios?

Índice
  1. Aprende la diferencia entre trabajo duro y trabajo inteligente
  2. Maneras de trabajar inteligentemente
    1. Elige un enfoque que dé resultados
    2. Trabajar en base a las prioridades
    3. Escribe una lista de cosas por hacer
    4. No abarques todo tú solo, delega

Aprende la diferencia entre trabajo duro y trabajo inteligente

Para empezar, no son la misma cosa. El trabajo duro se centra en la acción física y en un mayor importe de energías en una tarea; es decir, quien trabaja duro pone mucho esfuerzo en lo que hace y cree que trabajar más siempre es mejor. Muchas veces no se planifican las cosas con antelación, sino que se abordan los retos sobre la marcha.

Para tener éxito es necesario sentir pasión por lo que hacemos, eso no se discute, pero muchas veces podemos lograr el mismo objetivo con menos esfuerzo. Los que trabajan duro se esfuerzan más y a menudo fracasan en alcanzar sus objetivos.

El trabajo inteligente no implica trabajar más, sino hacerlo de forma más eficiente. Requiere planificación y el uso de nuestras facultades mentales para determinar cuál es la mejor forma de realizar una tarea; de esta forma nos preparamos de antemano y no se tiene que improvisar una vez se presenten desafíos.

El trabajo duro se centra en la fuerza física, no la mental, mientras que el trabajo inteligente hace uso del cerebro para no depender tanto del cuerpo. Abraham Lincoln decía que, si le daban 6 horas para cortar un árbol, pasaría cuatro de ellas afilando el hacha.

Esto nos enseña una verdad fundamental: la preparación y la lógica nos ayudan a lograr el mismo objetivo, pero trabajando menos. No se trata de golpear el árbol desde el minuto 1 sin pensar, sino utilizar nuestra inteligencia para idear un método más eficiente y menos desgastante.

Muchas personas trabajan muy duro y aun así ganan poco, no logran ascender y viven desanimados y cansados; por lo tanto, es el método menos conveniente.

Maneras de trabajar inteligentemente

Ahora que hemos visto que es más provechoso trabajar con inteligencia, surge la pregunta: ¿Cómo lo hacemos? A continuación, algunas maneras prácticas de lograrlo.

Elige un enfoque que dé resultados

Antes de poner manos a la obra, determina los objetivos a lograr y estructura un método enfocado a alcanzar dichos objetivos. No improvises, más bien, planifica las etapas del trabajo y ponte un límite de tiempo para terminarlas; evita distraerte con cosas que estén fuera del plan establecido, y apégate al mismo.

Trabajar en base a las prioridades

Nunca es recomendable comenzar por el inicio, sino por lo más urgente. Cuando estableces tus prioridades le das atención a las cosas más importantes, las que te toman más tiempo y las que no puedes postergar; de esa manera no dejarás para el final lo que tuvo que hacerse en un principio.

Escribe una lista de cosas por hacer

Poner por escrito lo que quieres hacer y el orden en el que lo harás te ahorra tiempo. Incluso con una idea clara de tus objetivos, tener una lista de tareas te ayudará a apegarte mejor a tu plan de trabajo y estar mejor organizado.

No abarques todo tú solo, delega

Si trabajas en un equipo conjunto es mejor repartir las tareas según las habilidades de cada quien y no tratar de hacerlo todo solo. Si te enfocas en supervisar el trabajo en lugar de querer abarcar todo podrás obtener el resultado que buscas sin esforzarte demasiado; un claro contraste entre trabajo duro y trabajo inteligente.

Es más probable tener éxito cuando se prioriza la razón y la lógica de un trabajo inteligente al desgaste del trabajo duro.

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