Desafíos y cómo ayudar a los niños superdotados

Los niños superdotados son aquellos que poseen habilidades intelectuales avanzadas, pero a menudo enfrentan dificultades para concentrarse y mantenerse enfocados en sus tareas. Aunque pueda resultar sorprendente para muchos padres y educadores, existe evidencia sustancial que demuestra que estos niños enfrentan desafíos únicos y, en ocasiones, abrumadores. La superdotación es una forma de desarrollo asincrónico, lo que significa que los niños superdotados a menudo luchan por conciliar sus habilidades intelectuales avanzadas con sus habilidades motoras y sociales apropiadas para su edad, lo que genera frustración y dudas sobre sí mismos. Además, deben lidiar con una sensibilidad y una intensidad emocional aumentadas, lo que puede hacer que las experiencias cotidianas de la infancia les resulten abrumadoras. La investigación muestra que los problemas asociados con el desarrollo asincrónico tienden a aumentar en alcance y magnitud cuanto más intelectualmente dotado es un niño.

Sin comprensión y apoyo, los niños superdotados corren un mayor riesgo de desarrollar ansiedad, depresión y baja autoestima, además de enfrentar problemas sociales y académicos. Actualmente, se estima que hasta 1 de cada 50 niños superdotados abandonan la escuela, mientras que muchos otros no logran alcanzar su máximo potencial académico.

Índice
  1. Problemas que pueden enfrentar los niños superdotados y cómo ayudarles
    1. Problemas de autoestima
    2. Perfeccionismo
    3. Sensibilidad emocional y sensorial
    4. Aburrimiento en la escuela
    5. Problemas de atención y organización

Problemas que pueden enfrentar los niños superdotados y cómo ayudarles

Problemas de autoestima

No solo los niños superdotados deben lidiar con el estigma de ser diferentes, sino que su sensibilidad también puede hacer que parezcan vulnerables. Esta combinación aumenta la probabilidad de que sean víctimas de acoso o rechazo por parte de sus compañeros, lo cual puede ser muy perjudicial para su autoestima. Además, los estudios demuestran que el riesgo de problemas de autoestima aumenta a medida que aumenta el nivel de habilidad intelectual de un niño, lo que sugiere una clara relación entre el desarrollo asincrónico y los problemas sociales y emocionales.

Algunas señales de que tu hijo puede estar luchando con baja autoestima incluyen hablar negativamente de sí mismo, cambios de humor frecuentes y evitar probar cosas nuevas. Debido a que muchos niños superdotados tienen una intensidad emocional y una tendencia a ser autocríticos, estos síntomas pueden ser difíciles de identificar. Hablar con un profesional, como el maestro de tu hijo, un consejero o un terapeuta, puede ayudarte a diferenciar entre baja autoestima e intensidad emocional.

Para prevenir la baja autoestima, apoya a tu hijo a participar en juegos de simulación con otros niños mientras es joven. Los juegos de simulación desarrollan una amplia gama de habilidades sociales y emocionales, lo que ayudará a tu hijo superdotado a alinear mejor sus habilidades interpersonales con su capacidad cognitiva. Del mismo modo, los juegos de simulación brindan la oportunidad perfecta para que la imaginación activa de tu hijo superdotado brille.

Cuando tu hijo sea mayor, anímalo a que se inscriba en un deporte de su elección para seguir mejorando sus habilidades de trabajo en equipo. Los deportes también desarrollan la confianza en un área que no está relacionada con la habilidad intelectual, lo que puede amortiguar el impacto de los contratiempos académicos y ayudar a los niños superdotados a desarrollar una identidad más completa y equilibrada.

Perfeccionismo

Muchos niños superdotados tienen un impulso innato por lograr la perfección, y en cierta medida, esta cualidad puede ser una de sus mayores fortalezas. Sin embargo, surgen problemas cuando un niño superdotado comienza a depender de su estatus como niño inteligente para respaldar su autoestima e imagen de sí mismo. Los niños que se sienten así pueden volverse excesivamente competitivos en un esfuerzo por demostrar su inteligencia, o pueden trabajar hasta el agotamiento en busca de calificaciones perfectas. También son propensos a cuestionar su inteligencia cada vez que no dominan una nueva habilidad de inmediato. Esta actitud puede hacer que abandonen proyectos prematuramente y eviten probar cosas nuevas, limitando así su potencial. A largo plazo, el perfeccionismo se asocia con un mayor riesgo de agotamiento, ansiedad y depresión.

Ayuda a tu hijo a formar expectativas realistas recordándole que ser superdotado no significa ser bueno en todo. Los niños superdotados tienen fortalezas y debilidades, al igual que otros niños, y habrá momentos en los que tu hijo tenga dificultades con una tarea o materia en particular. La idea de que los niños superdotados siempre obtienen calificaciones perfectas en todas las clases es un mito.

También debes prestar especial atención a desarrollar la resiliencia de tu hijo. Evita criticarlo o corregirlo cada vez que cometa un pequeño error, y enséñale a perseverar y seguir intentándolo cuando no sea bueno en algo de inmediato. Elogia a tu hijo por cosas que puede controlar (como la decisión de intentarlo de nuevo después de fracasar), no por cosas que no puede controlar (como su nivel innato de talento o inteligencia).

Sensibilidad emocional y sensorial

Al igual que con otros tipos de neurodivergencia, ser superdotado puede afectar la capacidad de un niño para filtrar estímulos excesivos, como luces, sonidos, olores y el tacto. Muchos niños superdotados también son altamente empáticos, hasta el punto de distraerse o angustiarse por los sentimientos de los demás. Esto puede incluir verse profundamente afectados por noticias o crisis globales, como el hambre en el entorno.

En algunos niños (especialmente los más pequeños), las respuestas intensificadas que acompañan a la hipersensibilidad pueden ser difíciles de distinguir de problemas de comportamiento. Los niños superdotados pueden moverse inquietos porque se sienten incómodos, resistirse a participar en eventos sociales debido a la aversión al ruido, armar berrinches porque se sienten abrumados, etc. Antes de asumir que tu hijo está siendo difícil, busca cosas como luces brillantes, sonidos fuertes o olores fuertes que podrían actuar como desencadenantes. Trabajar con tu hijo para identificar las fuentes de sobrecarga sensorial puede ayudarte a encontrar formas de mantenerlo cómodo y reforzar su capacidad para calmarse.

Para ayudar a tu hijo a manejar su sensibilidad emocional, enséñale a establecer límites saludables desde una edad temprana. Asegúrate de que sepa que no es responsable de los sentimientos de los demás y que es vital que se tome tiempo para cuidarse a sí mismo también. Muchos niños superdotados también se benefician al tener la oportunidad de ser voluntarios en una posición relacionada con un tema que les apasiona (por ejemplo, plantar árboles para ayudar a mitigar el impacto del cambio climático).

Aburrimiento en la escuela

El aburrimiento en la escuela con frecuencia conduce al bajo rendimiento en estudiantes superdotados, especialmente durante la adolescencia. Los adolescentes superdotados a menudo se frustran al saber que podrían completar su trabajo mucho más rápido en casa, dejando más tiempo para perseguir otros intereses. En esencia, la escuela comienza a sentirse como una pérdida de tiempo, y esto puede ser cierto incluso para los estudiantes matriculados en programas especializados para superdotados.

Aumentar el compromiso académico en los adolescentes superdotados es un desafío, y el enfoque que elijas debe adaptarse al estilo de aprendizaje de tu hijo y a su nivel de madurez emocional. Algunas evidencias sugieren que el aprendizaje acelerado puede reducir significativamente el aburrimiento (y ayudar a los adolescentes superdotados a alcanzar su máximo potencial). Sin embargo, debido a que acelerar la educación de tu hijo puede exponerlo a niños mayores, es crucial asegurarse de que sus habilidades sociales estén suficientemente desarrolladas antes de seguir este camino. De lo contrario, tu hijo podría ser especialmente vulnerable al acoso y la presión de sus compañeros.

Si el aprendizaje acelerado no es adecuado para tu hijo, una combinación de adaptaciones en el aula y la matriculación en programas para superdotados puede ser adecuada. Por ejemplo, algunos niños superdotados se benefician al permitírseles garabatear durante las conferencias, ya que combinar múltiples acciones (dibujar y escuchar) involucra más áreas del cerebro, lo que reduce el aburrimiento. Otras ideas pueden incluir permitirle al niño completar la tarea si termina una lección temprano, para que no sienta que está perdiendo el tiempo sentado en clase. Alternativamente, tu hijo puede beneficiarse al tener la oportunidad de ser mentor de otros niños durante la clase.

Problemas de atención y organización

Los niños superdotados a menudo son estereotipados como personas excepcionalmente enfocadas y organizadas, pero esto no siempre es cierto. Muchos niños superdotados luchan con la falta de atención y la desorganización, en parte porque son pensadores abstractos y en parte porque tienen muchos intereses diversos compitiendo por su atención. También es muy común que un niño sea superdotado y tenga TDAH, un estado conocido como doble excepcionalidad.

Debes proporcionar a tu hijo superdotado herramientas para mantenerse en el camino, como identificar sus áreas de debilidad y ayudarlo a planificar en torno a ellas. Por ejemplo, si tu hijo tiende a procrastinar o subestimar la cantidad de tiempo necesaria para los proyectos, ayúdalo a dividir las tareas grandes en partes más pequeñas. Luego, trabajen juntos para desarrollar un cronograma realista para el proyecto. Si tu hijo frecuentemente pierde el control de sus compromisos (o se compromete demasiado), dale una agenda escrita para que pueda llevar un registro de las tareas y actividades extracurriculares.

Si las ayudas de estudio estándar no solucionan los problemas de atención u organización de tu hijo, busca una evaluación de un profesional calificado para confirmar o descartar el TDAH. Ten en cuenta que, debido a que la superdotación puede enmascarar parcialmente los signos de TDAH, tu hijo puede no mostrar los síntomas típicos del TDAH, como hiperactividad manifiesta o comportamiento disruptivo. En su lugar, es posible que sus calificaciones no se correspondan con su nivel de habilidad, o que le resulte casi imposible concentrarse en algunas materias mientras también se hiperfocaliza en áreas de interés. Por esta razón, debes buscar una evaluación basada en problemas de atención, incluso si tu hijo no actúa como si tuviera TDAH.

Como nota final, debido a que ser superdotado conlleva desafíos emocionales, sociales y académicos, también debes asegurarte de que tu hijo tenga una red de apoyo bien desarrollada. Además de proporcionar un entorno de apoyo en casa, busca oportunidades para que tu hijo se relacione con otros niños superdotados. Estar rodeado de compañeros con ideas afines puede reducir la sensación de aislamiento y alienación de tu hijo, y mantenerlo mentalmente comprometido. Del mismo modo, tu hijo debería tener acceso a un terapeuta con amplia experiencia trabajando con niños superdotados. La terapia le brindará un espacio seguro para abordar sus necesidades emocionales y aprender estrategias de afrontamiento para manejar las dificultades planteadas por el desarrollo asincrónico.

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