El miedo a la inteligencia artificial y su impacto en la humanidad

Vivimos en una era donde las máquinas cada vez realizan funciones que antes estaban restringidas a los humanos. La automatización en la industria manufacturera ha sido común durante décadas, pero en los últimos años los coches autónomos, los asistentes virtuales como Siri y Alexa, los modelos de lenguaje como ChatGPT, los programas de inteligencia artificial generativa como DALL-E y los sistemas militares de apuntamiento de objetivos como GOSPEL han comenzado a transformar nuestro entorno.

Estos cambios han traído consigo ansiedad económica para los trabajadores que pueden ser desplazados y preocupaciones éticas sobre cómo se utilizan estos sistemas y los principios en los que se basan para tomar decisiones que pueden significar vida o muerte. Algunos incluso han llegado a predecir que estas tecnologías pueden llevar a la destrucción de la humanidad.

Índice
  1. ¿Por qué tantas personas le temen a la inteligencia artificial?
  2. Actitudes culturales hacia la inteligencia artificial
  3. Robots y religión

¿Por qué tantas personas le temen a la inteligencia artificial?

Los psicólogos han comenzado recientemente a explorar los factores que moldean nuestras actitudes hacia la automatización de funciones antes realizadas por humanos, diferencias individuales y culturales en cómo nos sentimos acerca de estos nuevos desarrollos.

En un estudio que involucró a más de 000 participantes de Alemania y China, los investigadores encontraron que las cinco dimensiones principales de la personalidad están relacionadas con el grado en que las personas temen o aceptan la inteligencia artificial (Sindermann, et al., 2022). En la muestra alemana, aquellos con mayor nivel de neuroticismo tendían a expresar más miedo hacia la inteligencia artificial, al igual que los participantes chinos que tenían un alto nivel en esta característica, lo que sugiere que las personas que tienden a preocuparse y tener ansiedad en general tienen más miedo a estos nuevos desarrollos tecnológicos. Los participantes chinos que tenían un alto nivel de apertura eran más aceptantes de la inteligencia artificial, al igual que aquellos que tenían un alto nivel de amabilidad.

Sorprendentemente, entre la muestra china (aunque no entre la alemana) los participantes mayores obtuvieron una puntuación más alta en la aceptación de la inteligencia artificial que los más jóvenes. Y entre la muestra alemana (aunque no entre la china), las mujeres eran más aceptantes de la inteligencia artificial que los hombres.

Estos hallazgos sugieren que la personalidad, así como las características demográficas, pueden estar relacionadas con nuestras actitudes hacia la inteligencia artificial. Además, el hecho de que estas relaciones se observaran a menudo en un grupo cultural pero no en el otro sugiere que los factores culturales también pueden desempeñar un papel en nuestros sentimientos hacia GPT y sus similares.

Actitudes culturales hacia la inteligencia artificial

Resulta que el grado en que las personas temen a la inteligencia artificial varía considerablemente entre las sociedades. En un estudio que involucró a 000 participantes de 20 países, Dong y sus colegas (2023) encontraron que los temores respecto a la inteligencia artificial eran generalmente más altos en India y Arabia Saudita, y más bajos en Japón.

Los investigadores en este trabajo evaluaron las preocupaciones sobre la inteligencia artificial ocupando diversos roles, como médicos, jueces, líderes religiosos y cuidadores. En general, las personas parecen tener más miedo de los jueces y médicos de inteligencia artificial y están menos preocupadas por los periodistas y líderes religiosos de inteligencia artificial, aunque hubo algunas excepciones interesantes. En Arabia Saudita, por ejemplo, la preocupación por la inteligencia artificial religiosa fue particularmente pronunciada, al igual que la preocupación por los cuidadores de inteligencia artificial en Japón.

Los investigadores también exploraron los factores que podrían estar impulsando estos efectos, encontrando que los temores sobre la inteligencia artificial estaban relacionados con la preocupación de que careciera de las características necesarias para desempeñar un trabajo de manera efectiva y ética, es decir, la calidez en el caso de los cuidadores o la imparcialidad en el caso de los jueces. Por lo tanto, una razón por la que podemos temer que la inteligencia artificial se apodere de un número cada vez mayor de roles que antes eran humanos es que dudamos de que tenga las tendencias psicológicas que consideramos necesarias para esos trabajos.

Robots y religión

Otro factor que puede moldear nuestra ansiedad hacia la inteligencia artificial y otras formas de automatización es que puede desafiar los sistemas de creencias de las personas.

En un estudio reciente, Josh Jackson y sus colegas (2023a) exploraron cómo la exposición a predicadores robots afecta el compromiso religioso de las personas. En un estudio, aprovecharon un templo budista automatizado recientemente en Japón, donde en un edificio un predicador humano pronunciaba un sermón budista y en otro, un robot llamado mindar desempeñaba el mismo papel. Los participantes expuestos al predicador robot eran menos propensos a donar al templo después del sermón.

En otro estudio, realizado en un templo taoísta en Singapur, los investigadores organizaron que un robot o un humano pronunciaran sermones idénticos en diferentes días. Aquí, también, los investigadores observaron evidencia de menor compromiso religioso entre aquellos expuestos al predicador robot, es decir, una menor probabilidad de hacer donaciones monetarias y una menor disposición a repartir volantes del templo. Curiosamente, la exposición al predicador robot en este estudio también pareció socavar la credibilidad percibida del templo.

Estos hallazgos también se ajustan a otro conjunto reciente de estudios del grupo de Jackson (2023b), que incluyen un experimento que muestra que aprender sobre la inteligencia artificial en general reduce la creencia religiosa. Además, al examinar datos de series temporales de docenas de países de todo el entorno, los investigadores encontraron que el aumento de la exposición a la automatización se relacionaba con disminuciones en la religiosidad entre 2006 y 2019 que se observaron en la mayoría de los países de la muestra. Puede ser entonces que interactuar con ChatGPT, conducir junto a coches autónomos o asistir a un servicio religioso dirigido por un robot haga que las personas cuestionen sus visiones religiosas.

Las máquinas inteligentes juegan un papel cada vez mayor en nuestras vidas, desde llevarnos al trabajo hasta crear arte, escribir código informático o ayudarnos con nuestras tareas, e incluso guiarnos en la adoración. Estos cambios probablemente afectarán nuestra psicología y parece que ya lo están haciendo. Cómo respondamos a estos desarrollos puede no ser uniforme; puede depender de quiénes somos y de las culturas de las que venimos.

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