El impacto del rechazo social en el cerebro: ¿cómo afecta la inteligencia?

El rechazo social es una experiencia dolorosa que puede tener un impacto significativo en la vida de una persona. Ya sea que se trate de ser excluido de un grupo, ignorado por amigos o despedido de un trabajo, el rechazo social puede afectar profundamente a nivel emocional y psicológico. Pero ¿cómo afecta el rechazo social al cerebro y qué papel juega la inteligencia en esta dinámica?

Índice
  1. El impacto del rechazo social en el cerebro
  2. Tipos de rechazo social
  3. El dolor real de los malos virtuales
  4. Consultas habituales sobre inteligencia y rechazo social

El impacto del rechazo social en el cerebro

Estudios han demostrado que el cerebro procesa el dolor social de manera similar al dolor físico, lo que sugiere que el rechazo social es una respuesta evolutiva. Para los primeros humanos, formar parte de un grupo significaba tener acceso a mayor seguridad y recursos. Ser rechazado por el grupo dejaba a una persona sola y vulnerable. Por lo tanto, los humanos evolucionaron para buscar la aceptación social mientras percibían el rechazo social como una amenaza para su bienestar. Asociar la exclusión con el dolor servía para motivar a los humanos a evitar amenazas a sus lazos sociales.

Esto significa que el dolor de una ruptura amorosa, ser despedido o la disolución de una amistad es muy real. Al igual que en casos de dolor físico, las mismas regiones del cerebro registran el dolor social, y los científicos han identificado una clara superposición entre el dolor físico y el dolor social.

En ambos casos, la activación del dolor tiene como objetivo provocar nuestra propia escapatoria, o en el caso del dolor autoinducido, detener el comportamiento dañino. Luego, la memoria del dolor sirve como una advertencia para no repetir el comportamiento arriesgado en el futuro. Y aunque la memoria del dolor físico puede desvanecerse, los estudios han encontrado que no es lo mismo con el dolor social, que puede perdurar en el tiempo y reactivarse con desencadenantes de la memoria.

Tipos de rechazo social

Los científicos sociales utilizan el término exclusión social para describir el rechazo y la ostracización. El rechazo se define típicamente como ser informado de que no eres deseado, un escenario triste que puede ocurrir en relaciones románticas y personales, así como en emprendimientos profesionales. La ostracización, por otro lado, implica ser excluido, ignorado o eliminado de un grupo. Dentro de estas dos categorías, los científicos sociales también ven subcategorías de discriminación, deshumanización y aislamiento social.

Los científicos sociales a principios del siglo XX observaron que las personas a menudo usaban el lenguaje del dolor físico para articular sus experiencias con la exclusión social: una ruptura amorosa se describía como tener el corazón roto; una traición era como ser apuñalado por la espalda o pateado en el estómago.

El dolor real de los malos virtuales

Investigaciones en curso han demostrado que no se necesita mucho para encender esos sentimientos heridos. Incluso una persona no tiene que existir en la vida real para poder provocar sentimientos de dolor. En un estudio realizado en 2003 en la revista Science, los investigadores conectaron a los participantes a un fMRI para ver cómo responderían a un desaire social virtual.

En la simulación, el participante estaba jugando a atrapar con dos personas virtuales. Pronto, los jugadores virtuales excluyeron al participante y comenzaron a lanzarse la pelota solo entre ellos. Los jugadores virtuales ni siquiera eran reales, pero los fMRI de los participantes mostraron un aumento del flujo sanguíneo en la corteza cingulada anterior (ACC), la parte del cerebro que registra el dolor físico, durante esta exclusión, y que el ACC también estaba más activo. Los autores concluyeron que la corteza prefrontal ventral derecha, involucrada en el procesamiento del riesgo y el miedo, ayuda a regular la angustia de la exclusión social al interrumpir el ACC.

Y aunque una persona probablemente pueda olvidar la exclusión de un malo virtual, el dolor de la vida real tarda más en disiparse. En un estudio, 40 participantes que habían sido abandonados por una pareja significativa en los últimos seis meses (académicamente denominado como una disolución no deseada de una relación ) fueron colocados en un escáner fMRI. Los participantes estuvieron de acuerdo con la afirmación de que habían sido intensamente rechazados.

Luego, los participantes fueron sometidos a estimulación como dolor físico leve (un toque caliente en el brazo izquierdo) y también a imágenes de amigos. Cuando aparecía en la pantalla una imagen de su ex pareja, se les pedía que pensaran en la ruptura. Efectivamente, las imágenes mostraron una superposición neurológica entre el dolor físico y el dolor social. El estudio concluyó que el rechazo social y el dolor físico son similares no solo porque ambos son angustiantes, sino que comparten una representación común en los sistemas cerebrales somatosensoriales también.

La superposición entre el dolor físico y el dolor social es tan pronunciada que los investigadores han descubierto que el dolor social también puede tratarse con acetaminofeno. En un estudio, algunos participantes tomaron Tylenol diariamente, mientras que otros tomaron un placebo durante tres semanas. Aquellos que tomaron Tylenol mostraron respuestas reducidas al rechazo social en las imágenes de fMRI. Sin embargo, los autores también señalaron que la exclusión social es una parte natural de la vida diaria, por lo que los efectos del acetaminofeno solo son una solución a corto plazo.

Consultas habituales sobre inteligencia y rechazo social

  • ¿Cómo afecta el rechazo social a la inteligencia de una persona?

    El rechazo social puede tener un impacto negativo en la inteligencia emocional de una persona. La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y manejar las emociones propias y las de los demás. El rechazo social puede disminuir la autoestima y la confianza en uno mismo, lo que a su vez puede afectar la capacidad de una persona para regular sus emociones y relacionarse de manera saludable con los demás.

  • ¿Puede la inteligencia ayudar a superar el rechazo social?

    Si bien la inteligencia puede ser beneficiosa para comprender y procesar el rechazo social, no garantiza automáticamente la capacidad de superarlo. La inteligencia puede ayudar a una persona a reflexionar sobre la situación, buscar soluciones y desarrollar estrategias para manejar el rechazo, pero también tener habilidades sociales y emocionales sólidas para superar el impacto emocional del rechazo.

  • ¿Existe una relación entre la inteligencia y la aceptación social?

    Si bien la inteligencia no determina directamente la aceptación social, puede influir en la forma en que una persona se relaciona con los demás. Las personas con habilidades cognitivas más desarrolladas pueden tener una mayor capacidad para comprender las dinámicas sociales, adaptarse a diferentes situaciones y comunicarse eficazmente, lo que puede facilitar la aceptación social en ciertos contextos.

El rechazo social puede tener un impacto significativo en el cerebro y en la vida de una persona. El dolor social se procesa de manera similar al dolor físico, lo que demuestra la importancia de las relaciones sociales para los seres humanos. La inteligencia puede desempeñar un papel en la forma en que una persona comprende y maneja el rechazo social, pero también tener habilidades emocionales y sociales sólidas para superar el impacto emocional del rechazo. El rechazo social es una experiencia común en la vida, y aprender a gestionarlo de manera saludable puede ser fundamental para el bienestar emocional y el crecimiento personal.

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