En el campo de la medicina, el término sensorial se refiere a todo lo relacionado con los sentidos y la sensación. Nuestro sistema nervioso desempeña un papel fundamental en la recepción, transmisión y percepción de las señales físicas y químicas del ambiente externo e interno. Esto nos permite interactuar con el entorno y mantener un equilibrio en nuestro organismo. Los seres humanos poseemos cinco sentidos tradicionalmente reconocidos: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. Cada uno de estos sentidos está asociado con órganos sensoriales específicos, como los ojos, los oídos, la piel, la lengua y la nariz, respectivamente. Estos órganos contienen receptores sensoriales especializados capaces de detectar estímulos específicos.
Los estímulos captados por estos receptores se convierten en señales eléctricas que son transmitidas a través del sistema nervioso al cerebro. Allí, son procesadas e interpretadas para generar nuestra percepción consciente del entorno que nos rodea. Sin embargo, además de estos cinco sentidos tradicionales, también existen otros tipos de percepción sensorial igualmente importantes para nuestro funcionamiento. Estos incluyen la percepción del dolor, la temperatura, el equilibrio, la posición y el movimiento corporal, la sensación de hambre y sed, y la percepción de cambios internos en el cuerpo, como la presión arterial y la concentración de ciertas sustancias en la sangre. Estas sensaciones internas a menudo se agrupan bajo el término interocepción.
La Importancia de la Inteligencia Sensorial
Cada una de estas capacidades sensoriales depende de la función normal de una compleja red de células, tejidos, órganos y sistemas en nuestro cuerpo. Esto incluye los receptores sensoriales, las neuronas y las vías nerviosas, así como las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento sensorial y las conexiones entre estas diferentes partes. Cualquier alteración en cualquiera de estas partes puede dar lugar a trastornos sensoriales que se manifiestan como pérdida o disminución de la sensación, aumento de la sensación, percepciones sensoriales distorsionadas o percepciones sensoriales que ocurren en ausencia de un estímulo externo.
En la medicina, la evaluación de las capacidades sensoriales y la identificación de los trastornos sensoriales son aspectos fundamentales para el diagnóstico y tratamiento de muchas condiciones médicas. Esto implica realizar pruebas clínicas que evalúen la sensibilidad al tacto, la temperatura y el dolor, pruebas de la vista y la audición, pruebas de la función vestibular y el equilibrio, y pruebas de la función sensorial interna, como la presión arterial y los niveles de glucosa en sangre.
La Inteligencia Sensorial en Personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA)
En el contexto del trastorno del espectro autista (TEA), las experiencias sensoriales pueden estar atenuadas o aumentadas. Las personas con TEA pueden ser hiposensibles a algunos estímulos o hipersensibles a otros. Incluso pueden experimentar fluctuaciones en la sensibilidad dentro de un mismo sentido. Esto significa que pueden ser hipersensibles a ciertos sonidos y hiposensibles a otros.
Estas diferencias en la sensibilidad sensorial pueden llevar a una sobrecarga sensorial en las personas con TEA. Esto significa que pueden sentirse abrumadas o excedidas en situaciones sensoriales que para las personas sin TEA serían inocuas. Sin embargo, esta misma sensibilidad también puede ayudarles a regular situaciones estresantes al proporcionar estímulos sensoriales agradables.
Es en este contexto donde entran en juego los Fidget Toys. Los Fidget Toys son artilugios que se utilizan para generar estímulos agradables en las personas con TEA, tanto en adultos como en niños, y pueden ayudarles a disminuir la ansiedad y regularse. Aunque no existen evidencias científicas que respalden su utilidad y no reemplazan el tratamiento psicológico, pedagógico y/o farmacológico, su uso no está desaconsejado.
Ejemplos de Fidget Toys
Los Fidget Toys son objetos sensoriales diseñados para estimular los sentidos y proporcionar una experiencia táctil satisfactoria. Algunos ejemplos de Fidget Toys son:
- Snapperz: Un juguete con ventosas en el centro que producen un sonido satisfactorio al apretarlo. Estimula los sentidos auditivo, táctil y propioceptivo.
- Simple dimple o Pop it: Son objetos sensoriales que tienen la misma función. Al apretar las burbujitas, se obtiene una estimulación táctil satisfactoria y, dependiendo del lado, un sonido tipo pop .
- Spinners: Son objetos que giran y estimulan a nivel visual y vestibular. Algunos incluso vienen con Pop it! en las hélices.
- Boink o Mesh and marble: Son tubos con una red flexible que contienen una canica en su interior. Al apretar el tubo, la canica se desplaza, proporcionando una estimulación táctil.
- Tangle: Es un aro con segmentos que giran de manera independiente. Ofrece una sensación de movimiento continuo y puede ser de diferentes texturas, tamaños y materiales.
Estos son solo algunos ejemplos de Fidget Toys, pero existen muchos más en el mercado. Cada persona con TEA debe encontrar los estímulos sensoriales que le resulten placenteros y le puedan ayudar a regularse, evitando aquellos que resulten aversivos o abrumadores.
La inteligencia sensorial es fundamental para nuestra interacción con el entorno y el mantenimiento de un equilibrio en nuestro organismo. Los sentidos tradicionales, como la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato, son solo una parte de nuestra capacidad sensorial. También existen otras capacidades sensoriales, como la percepción del dolor, la temperatura y la interocepción, que son igualmente importantes para nuestro funcionamiento.
En el caso de las personas con TEA, las diferencias en la sensibilidad sensorial pueden llevar a una sobrecarga sensorial. En este contexto, los Fidget Toys pueden ser herramientas útiles para proporcionar estímulos sensoriales agradables y ayudar a disminuir la ansiedad y regularse. Aunque no reemplazan el tratamiento adecuado, su uso no está desaconsejado.
La inteligencia sensorial es esencial para nuestro bienestar y la comprensión de cómo interactuamos con el entorno que nos rodea. Debemos valorar y tener en cuenta las diferencias en la sensibilidad sensorial de las personas con TEA y proporcionarles las herramientas adecuadas para regularse y disfrutar de una experiencia sensorial satisfactoria.
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