Gestionar las emociones para lograr nuestros objetivos es una tarea que se puede aprender por medio de la inteligencia emocional, una habilidad que se desarrolla a lo largo de la vida. En los años ochenta, los estudios liderados por neurosicólogos como Howard Garner y por el sicólogo clínico Daniel Goleman, ampliaron este concepto y entendieron la inteligencia como un conjunto de habilidades que ayudan al desarrollo de una vida sana. La inteligencia emocional es una de ellas.
¿Qué es la inteligencia emocional según la RAE?
De acuerdo con la RAE (Real Academia de la Lengua), la inteligencia emocional es “la capacidad de percibir y controlar los propios sentimientos y saber interpretar los de los demás”. En consecuencia, es la habilidad de dirigir y ordenar las emociones hacia el logro de nuestro bienestar.
El término inteligencia emocional fue acuñado en 1995 por Daniel Goleman, después de estudiar asiduamente el comportamiento humano.
¿Por qué necesitamos la inteligencia emocional?
En los escenarios familiar, laboral, social, de pareja, educativo no solo usamos nuestras aptitudes intelectuales, somos emocionales. Las emociones median nuestra forma de interactuar con el universo exterior e interior. Además del coeficiente intelectual, necesitamos aptitudes ligadas a la inteligencia emocional para desenvolvernos satisfactoriamente en todas las áreas de nuestra vida.
¿Nacemos con ella o la adquirimos?
Afortunadamente no hay una división en este sentido; nacemos con inteligencia emocional y la podemos desarrollar a lo largo de la vida. Llegamos al entorno “equipados” con la capacidad de experimentar emociones básicas que podemos aprender a través de experiencias vividas, toma de conciencia, adquisición de hábitos y otros medios.
¿Tenemos emociones buenas y malas?
Uno de los grandes aprendizajes de la inteligencia emocional es que las emociones son neutras, no son malas o buenas en sí mismas, se presentan en nuestra vida para demostrarnos necesidades que debemos satisfacer y nos dan la oportunidad de crecer.
¿Cómo cultivamos la inteligencia emocional?
Podemos realizarlo a través de cinco pilares:
- Autoconocimiento: identificar cómo nos sentimos y evaluar nuestras emociones de acuerdo a la situación.
- Autorregulación: encontrar un equilibrio en lo que sentimos a través del autocontrol y la adaptación.
- Automotivación: buscar aquellos objetivos que nos impulsen y nos ayuden a seguir nuestras metas.
- Habilidades sociales: comprender a las personas mediante la resolución de conflictos, la comunicación asertiva y un liderazgo positivo.
- Empatía: ponerse en los zapatos del otro para entender sus vivencias y dificultades.
La inteligencia emocional es un hábito saludable que podemos comenzar a integrar para facilitar nuestras actividades cotidianas.
La inteligencia emocional es una habilidad fundamental para el desarrollo de una vida sana y satisfactoria. A través de la capacidad de percibir y controlar nuestras emociones, así como interpretar las de los demás, podemos dirigir y ordenar nuestras emociones hacia el logro de nuestro bienestar. No solo necesitamos aptitudes intelectuales, sino también aptitudes ligadas a la inteligencia emocional para desenvolvernos satisfactoriamente en todas las áreas de nuestra vida. Afortunadamente, nacemos con inteligencia emocional y la podemos desarrollar a lo largo de la vida a través de experiencias vividas, toma de conciencia y adquisición de hábitos. Cultivar la inteligencia emocional implica trabajar en el autoconocimiento, la autorregulación, la automotivación, las habilidades sociales y la empatía. Integrar la inteligencia emocional como un hábito saludable nos ayudará a facilitar nuestras actividades cotidianas y a mejorar nuestra calidad de vida.
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