Inteligencia ética para la vida cotidiana - diana cohen agrest

La inteligencia ética es la capacidad de tomar decisiones éticas cuando nos enfrentamos a desafíos o dilemas morales en nuestra vida cotidiana. A menudo nos encontramos con estos desafíos en nuestro trabajo, aunque a veces no seamos conscientes del trasfondo moral de nuestras acciones. Sin embargo, todas las transacciones sociales revelan un aspecto moral. ¿Es justa la transacción? ¿La influencia que se ejerce de una persona sobre otra se debe a sus respectivas posiciones o roles, es nutricia o explotadora? ¿Somos manipuladores o colaborativos en nuestras relaciones con colegas o clientes? ¿Somos completamente honestos?

Para poder realizar una evaluación ética, es necesario contar con un código de ética acordado. En este sentido, he tomado tres objetivos morales sencillos y no controvertidos como base para este artículo:

  • Nutrir a los individuos
  • Nutrir a nuestra comunidad y a la humanidad en su conjunto
  • Nutrir el entorno biológico

Con estos fundamentos, podemos construir una estructura de políticas y prácticas que se consideren morales. Podemos evaluar las acciones y decisiones potenciales en función de su cumplimiento con estos objetivos.

Índice
  1. Las siete disciplinas de la inteligencia ética
    1. Pensamiento previsor
    2. Incrustar tu pensamiento en el contexto moral
    3. Utilizar el lenguaje de la comprensión
    4. Ser ambicioso en tu pensamiento
    5. La importancia de la honestidad
    6. Fundamentar tu pensamiento en la realidad
    7. Apuntar a una comprensión cada vez mayor
  2. ¿Es mejorable la inteligencia ética?
  3. eIQ organizacional
  4. Próximamente

Las siete disciplinas de la inteligencia ética

A continuación, vamos a considerar cada una de las disciplinas de la inteligencia ética:

Pensamiento previsor

Vivimos en un entorno que nos confronta diariamente con enormes cantidades de información. La avalancha de opiniones, consejos, afirmaciones y manipulaciones puede resultar abrumadora en ocasiones.

Por lo tanto, debemos ser previsores. Debemos realizar nuestro propio análisis antes de permitir que el pensamiento de otros domine nuestra mente. Debemos ser ultra-analíticos respecto a los datos que nos proporcionan. Debemos hacer preguntas como: ¿quién se beneficia si estoy de acuerdo o creo en esta información?, ¿cuáles son los motivos subyacentes de este mensaje o instrucción?, ¿cuál es el panorama general?

Esto es especialmente importante en la era del big data y el marketing algorítmico (tanto de productos como de ideas).

Nuestra consigna debe ser: piensa primero antes de que alguien o algo -ya sea una persona, un algoritmo o una ia- haga tu pensamiento por ti.

Incrustar tu pensamiento en el contexto moral

Todo lo que hacemos se encuentra dentro de un contexto moral. La moralidad nos dice qué acciones o decisiones son buenas o malas. Por lo tanto, ninguna acción o inacción está fuera de este contexto.

Siempre debemos preguntarnos: ¿cómo se relaciona lo que estamos eligiendo hacer o lo que se nos pide hacer con ser moral, con tener integridad, con hacer el bien?

Incrustar nuestro pensamiento y toma de decisiones en el contexto moral, y mantener nuestros objetivos éticos en primer plano de nuestra conciencia, es un indicador clave para desarrollar nuestra inteligencia ética.

Utilizar el lenguaje de la comprensión

En mi libro inteligencia ética, enfatizo la importancia de utilizar los patrones de pensamiento y el lenguaje de la comprensión. La comprensión implica tolerancia. Fomenta la comunicación en lugar de utilizar palabras manipuladoras para coaccionar o controlar. La comprensión es colaborativa. Sugiere que juntos podemos lograr una comprensión mutua. Si estamos en desacuerdo, podemos reevaluar la base de nuestra comprensión, la evidencia que la respalda, y llegar a una comprensión mejorada en la que podamos estar de acuerdo.

inteligencia ética para la vida cotidiana diana cohen agrest - Qué es la ética en la vida cotidiana

La comprensión no es amenazante, no genera conflictos y es inclusiva. Utiliza frases como ayúdame a entender..., mi comprensión es esta..., con la información que tengo hasta ahora, parece que..., por favor, explícame...

La comprensión es ética porque coloca el conocimiento fuera de nosotros mismos, como algo a lo que todos podemos aspirar por igual.

Ser ambicioso en tu pensamiento

La inteligencia ética no es pasiva. Desafía el presente. Cuestiona la tradición, los hábitos y la rutina. Pregunta: ¿por qué conformarse con cómo son las cosas o cómo han sido siempre?

Nuestra sociedad ha logrado maravillas, y apenas estamos comenzando. ¿Por qué no ir más allá, creando lo inusual, lo asombroso, lo original, lo único? ¿Por qué no buscar soluciones nuevas y éticas a problemas antiguos y sin resolver? ¿Por qué no cambiar nuestro entorno y hacer que funcione de formas completamente nuevas?

La importancia de la honestidad

La honestidad, como se mencionó anteriormente, es fundamental para la moralidad. Es crucial que valoremos la honestidad en nuestro pensamiento, nuestras palabras y nuestras acciones. Y también debemos valorar la honestidad en las palabras y acciones de los demás: nuestros colegas, nuestros gerentes y aquellos que trabajan para nosotros. Es lógica moral elemental que una persona deshonesta no puede ser moral. Nadie tiene integridad si miente. Una persona deshonesta es casi por definición alguien que eventualmente te decepcionará. Y la deshonestidad claramente entra en conflicto con nuestros objetivos morales de nutrir a quienes nos rodean y a nuestra comunidad en su conjunto.

Fundamentar tu pensamiento en la realidad

Un aspecto esencial del patrón de pensamiento de la comprensión es su base en la evidencia y los hechos. Cuanto más se ajuste nuestro mapa del entorno personal a la realidad, más capacitados estaremos para ser dueños de nuestras acciones, comprender qué nos está influenciando, controlar esta influencia y contribuir éticamente a nuestro lugar de trabajo y al entorno.

La ética no es relativa. Está limitada por la lógica y asume una realidad externa descubrible a la cual nuestros objetivos morales fundamentales se aplican indiscutiblemente.

Apuntar a una comprensión cada vez mayor

Por último, una característica esencial de la comprensión es que nuestra comprensión siempre puede mejorar. El conocimiento avanza a través de la obtención de descripciones cada vez mejores de la realidad. En la Edad Media, la creencia de que la superficie de la Tierra era plana fue suficiente; pero luego necesitamos dar un paso más. Avanzamos hacia una mejor comprensión que permitió a nuestros geógrafos y exploradores circunnavegar la Tierra. A través de muchos pasos como este, hemos creado las maravillas del entorno moderno.

inteligencia ética para la vida cotidiana diana cohen agrest - Cómo se relaciona la ética y la inteligencia

Por lo tanto, en nuestras vidas personales y profesionales, es mejor estar alerta a nuevas evidencias, estar dispuestos a adaptarnos y mejorar.

¿Es mejorable la inteligencia ética?

Dado estas siete disciplinas, ¿es posible mejorar la inteligencia ética (eIQ) de nuestra organización, negocio o lugar de trabajo?

En primer lugar, vale la pena señalar que la eIQ no es una cualidad estática. No se trata de tener o no tener inteligencia ética. Esto también es cierto para la inteligencia tradicional. Nuestros cerebros se adaptan y crecen mucho después de nuestros primeros años formativos. Por ejemplo, los taxistas de Londres ven aumentar el tamaño de sus centros de memoria a medida que aprenden a navegar por la metrópolis. A medida que emprendemos nuevas actividades, nuestros cerebros aumentan las áreas cognitivas necesarias para respaldar estas actividades. Nos volvemos más inteligentes en lo que hacemos.

De manera similar, podemos mejorar y desarrollar nuestra eIQ simplemente aplicando las disciplinas mencionadas anteriormente. Si nos esforzamos por ser previsores y analíticos en nuestro pensamiento, nuestra capacidad de pensamiento analítico mejorará. Si nos esforzamos por siempre incrustar nuestra evaluación y toma de decisiones en el contexto moral, nuestro cerebro se volverá mejor en hacer esto. Si ejercitamos los patrones de pensamiento de la comprensión, seremos más capaces de entender.

Ejercita tu mente: nuestros cerebros se adaptan a lo largo de nuestras vidas. Siempre podemos ser más inteligentes en lo que hacemos.

eIQ organizacional

Pero, ¿cómo aplicamos esto en el lugar de trabajo?

Para mejorar la inteligencia ética de nuestra organización o negocio, debemos adaptar nuestras políticas de recursos humanos, nuestra metodología de evaluaciones y nuestros protocolos de aprendizaje y desarrollo para abarcar las disciplinas mencionadas anteriormente.

En un artículo anterior, mencioné las características clave de un negocio ético. Una de ellas es incorporar nuestros objetivos morales fundamentales en la declaración de misión, el estatuto o los artículos de nuestra empresa. Esta afirmación de intenciones morales y la difusión de nuestra ética organizacional es un primer paso para incrustar nuestras actividades laborales en el contexto moral. Pero esto debe ser reforzado mediante la introducción del pensamiento éticamente inteligente como un objetivo en nuestras evaluaciones. Esto se puede lograr incluyendo la capacitación en inteligencia ética en nuestro portafolio de desarrollo y aprendizaje, y permitiendo que el departamento de recursos humanos desempeñe un papel destacado en la práctica y aplicación de la eIQ.

Si implementamos estas medidas, aseguraremos nuestra capacidad como empresas para actuar con inteligencia y agilidad ética, y participar en la mejora ética del lugar de trabajo moderno.

Próximamente

En mi próximo y último artículo de esta serie, discutiré cómo se puede mejorar la confianza en el lugar de trabajo y por qué la ética es fundamental en esto.

Luke Andreski

Acerca del autor:

Luke Andreski es un escritor con más de treinta años de experiencia en la industria de tecnología de la información, especializándose en proyectos de implementación de tecnología de personas y gestión del cambio. Más recientemente, se ha centrado en la filosofía moral y la psicología, con un interés particular en el liderazgo empresarial y la ética de gestión.

Luke ha publicado dos libros sobre ética: inteligencia ética, una el pensamiento ético efectivo en un entorno de creencias polarizadas y manipulación política; e inteligencia inteligente, que explora la necesidad de un cambio ético para abordar los desafíos del siglo XXI.

Actualmente, está trabajando en conjunto con Phase 3 en una serie de artículos investigando la ética en el lugar de trabajo.

Para obtener más artículos, consejos y consejos, asegúrese de visitar nuestro blog.

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