La inteligencia emocional: clave para el éxito

La inteligencia emocional (también conocida como coeficiente emocional o EQ, por sus siglas en inglés) es la capacidad de entender, usar y manejar nuestras emociones de manera positiva, para aliviar el estrés, comunicarnos de manera efectiva, empatizar con los demás, superar desafíos y resolver conflictos. La inteligencia emocional nos ayuda a construir relaciones más fuertes, tener éxito en el trabajo y en la escuela, y alcanzar nuestras metas personales y profesionales. También nos ayuda a conectarnos con nuestras emociones, convertir nuestras intenciones en acciones y tomar decisiones informadas sobre lo que más nos importa.

Índice
  1. ¿Por qué es tan importante la inteligencia emocional?
  2. Desarrollando la inteligencia emocional: cuatro habilidades clave para aumentar tu EQ
    1. Habilidad clave 1: Autogestión
    2. Habilidad clave 2: Autoconciencia
    3. Habilidad clave 3: Conciencia social
    4. Habilidad clave 4: Manejo de relaciones

¿Por qué es tan importante la inteligencia emocional?

Como sabemos, no son las personas más inteligentes las que tienen más éxito o las más satisfechas en la vida. Seguramente conoces a personas que son brillantes académicamente pero que tienen dificultades para relacionarse socialmente y no tienen éxito en el trabajo o en sus relaciones personales. La capacidad intelectual o el coeficiente intelectual (CI) por sí solo no es suficiente para lograr el éxito en la vida. Sí, el CI puede ayudarte a ingresar a la universidad, pero es tu EQ el que te ayudará a manejar el estrés y las emociones cuando te enfrentes a tus exámenes finales. El CI y el EQ existen en conjunto y son más efectivos cuando se complementan mutuamente.

La inteligencia emocional afecta:

  • Tu desempeño en la escuela o en el trabajo. Una alta inteligencia emocional puede ayudarte a navegar por la complejidad social del lugar de trabajo, liderar y motivar a otros, y destacarte en tu carrera. De hecho, cuando se trata de evaluar a candidatos importantes para un trabajo, muchas empresas ahora califican la inteligencia emocional como tan importante como la habilidad técnica y realizan pruebas de EQ antes de contratar.
  • Tu salud física. Si no puedes manejar tus emociones, es probable que tampoco puedas manejar tu estrés. Esto puede llevar a problemas de salud graves. El estrés descontrolado eleva la presión arterial, suprime el sistema inmunológico, aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, contribuye a la infertilidad y acelera el proceso de envejecimiento. El primer paso para mejorar la inteligencia emocional es aprender a manejar el estrés.
  • Tu salud mental. Las emociones y el estrés descontrolados también pueden afectar tu salud mental, volviéndote vulnerable a la ansiedad y la depresión. Si no puedes entender, sentirte cómodo o manejar tus emociones, también te costará formar relaciones sólidas. Esto, a su vez, puede hacerte sentir solo y aislado y empeorar cualquier problema de salud mental.
  • Tus relaciones. Al entender tus emociones y cómo controlarlas, puedes expresar cómo te sientes y comprender cómo se sienten los demás. Esto te permite comunicarte de manera más efectiva y forjar relaciones más fuertes, tanto en el trabajo como en tu vida personal.
  • Tu inteligencia social. Estar en sintonía con tus emociones cumple una función social, conectándote con otras personas y con el entorno que te rodea. La inteligencia social te permite reconocer quién es amigo y quién es enemigo, medir el interés de otra persona en ti, reducir el estrés, equilibrar tu sistema nervioso a través de la comunicación social, y sentirte amado y feliz.

Desarrollando la inteligencia emocional: cuatro habilidades clave para aumentar tu EQ

Las habilidades que conforman la inteligencia emocional se pueden aprender en cualquier momento. Sin embargo, es importante recordar que hay una diferencia entre simplemente aprender sobre la inteligencia emocional y aplicar ese conocimiento a tu vida. Solo porque sepas que debes hacer algo no significa que lo harás, especialmente cuando te sientes abrumado por el estrés, que puede anular tus mejores intenciones. Para cambiar permanentemente el comportamiento de manera que resista la presión, debes aprender a superar el estrés en el momento y en tus relaciones, para permanecer consciente emocionalmente.

Las habilidades clave para desarrollar tu EQ y mejorar tu capacidad para manejar emociones y conectarte con los demás son:

Habilidad clave 1: Autogestión

Para que puedas aprovechar tu EQ, debes ser capaz de usar tus emociones para tomar decisiones constructivas sobre tu comportamiento. Cuando estás demasiado estresado, puedes perder el control de tus emociones y la capacidad de actuar de manera reflexiva y apropiada.

Recuerda un momento en el que el estrés te abrumó. ¿Fue fácil pensar con claridad o tomar una decisión racional? Probablemente no. Cuando estás demasiado estresado, tu capacidad para pensar con claridad y evaluar con precisión las emociones, tanto las tuyas como las de otras personas, se ve comprometida.

Las emociones son piezas importantes de información que nos hablan de nosotros mismos y de los demás, pero ante el estrés que nos saca de nuestra zona de confort, podemos sentirnos abrumados y perder el control de nosotros mismos. Con la capacidad de manejar el estrés y mantenernos emocionalmente presentes, podemos aprender a recibir información perturbadora sin dejar que anule nuestros pensamientos y nuestro autocontrol. Podremos tomar decisiones que nos permitan controlar los impulsos y comportamientos impulsivos, manejar nuestras emociones de manera saludable, tomar la iniciativa, cumplir con los compromisos y adaptarnos a las circunstancias cambiantes.

Habilidad clave 2: Autoconciencia

El manejo del estrés es solo el primer paso para desarrollar la inteligencia emocional. La ciencia del apego indica que tu experiencia emocional actual probablemente refleje tu experiencia emocional temprana en la vida. Tu capacidad para manejar emociones básicas como la ira, la tristeza, el miedo y la alegría a menudo depende de la calidad y consistencia de tus experiencias emocionales tempranas. Si tu cuidador principal cuando eras bebé entendía y valoraba tus emociones, es probable que tus emociones se hayan convertido en activos valiosos en la vida adulta. Pero si tus experiencias emocionales como bebé fueron confusas, amenazantes o dolorosas, es probable que hayas tratado de distanciarte de tus emociones.

Pero ser capaz de conectarte con tus emociones, tener una conexión momento a momento con tu experiencia emocional cambiante, es la clave para entender cómo la emoción influye en tus pensamientos y acciones.

inteligencia emocional es una habilidad - Cuáles son las habilidades emocionales ejemplos

¿Experimentas sentimientos que fluyen, encontrándote con una emoción tras otra a medida que tus experiencias cambian de momento a momento?

¿Acompañan a tus emociones sensaciones físicas que experimentas en lugares como el estómago, la garganta o el pecho?

¿Experimentas sentimientos y emociones individuales, como la ira, la tristeza, el miedo y la alegría, cada uno de los cuales se refleja en sutiles expresiones faciales?

¿Puedes experimentar sentimientos intensos lo suficientemente fuertes como para captar tu atención y la de los demás?

¿Prestas atención a tus emociones? ¿Influyen en tus decisiones?

Si alguna de estas experiencias te resulta desconocida, es posible que hayas apagado o desactivado tus emociones. Para desarrollar tu EQ y ser emocionalmente saludable, debes reconectarte con tus emociones básicas, aceptarlas y sentirte cómodo con ellas. Puedes lograr esto a través de la práctica de la atención plena.

Habilidad clave 3: Conciencia social

La conciencia social te permite reconocer e interpretar las señales principalmente no verbales que las personas usan constantemente para comunicarse contigo. Estas señales te permiten saber cómo se sienten realmente los demás, cómo cambia su estado emocional de momento a momento y qué es realmente importante para ellos.

Cuando grupos de personas envían señales no verbales similares, puedes leer y comprender las dinámicas de poder y las experiencias emocionales compartidas del grupo. Eres empático y te sientes cómodo socialmente.

La atención plena es una aliada de la conciencia emocional y social

Para desarrollar la conciencia social, debes reconocer la importancia de la atención plena en el proceso social. Después de todo, no puedes captar las sutiles señales no verbales cuando estás pensando en otras cosas o simplemente estás absorto en tu teléfono. La conciencia social requiere tu presencia en el momento. Aunque muchos de nosotros nos enorgullecemos de nuestra capacidad para hacer varias cosas a la vez, esto significa que te perderás los sutiles cambios emocionales que ocurren en otras personas y que te ayudan a comprenderlas plenamente.

En realidad, es más probable que logres tus objetivos sociales si dejas de lado otros pensamientos y te concentras en la interacción en sí misma.

Seguir el flujo de las respuestas emocionales de otra persona es un proceso de ida y vuelta que requiere que también prestes atención a los cambios en tu propia experiencia emocional.

Prestar atención a los demás no disminuye tu propia autoconciencia. Al invertir tiempo y esfuerzo para prestar atención a los demás, en realidad obtendrás una mejor comprensión de tu propio estado emocional, así como de tus valores y creencias. Por ejemplo, si te sientes incómodo al escuchar a otros expresar ciertas opiniones, habrás aprendido algo importante sobre ti mismo.

Habilidad clave 4: Manejo de relaciones

Trabajar bien con los demás es un proceso que comienza con la conciencia emocional y tu capacidad para reconocer y comprender lo que los demás están experimentando. Una vez que la conciencia emocional está en juego, puedes desarrollar de manera efectiva habilidades sociales/emocionales adicionales que harán que tus relaciones sean más efectivas, fructíferas y satisfactorias.

Conviértete en consciente de cómo utilizas efectivamente la comunicación no verbal. Es imposible evitar enviar mensajes no verbales a los demás sobre lo que piensas y sientes. Los muchos músculos de la cara, especialmente los que rodean los ojos, la nariz, la boca y la frente, te ayudan a transmitir sin palabras tus propias emociones, así como a leer la intención emocional de otras personas. La parte emocional de tu cerebro siempre está activa, y aunque ignores sus mensajes, los demás no lo harán. Reconocer los mensajes no verbales que envías a los demás puede desempeñar un papel importante en la mejora de tus relaciones.

Usa el humor y el juego para aliviar el estrés. El humor, la risa y el juego son antídotos naturales contra el estrés. Alivian tus cargas y te ayudan a mantener las cosas en perspectiva. La risa equilibra tu sistema nervioso, reduce el estrés, te calma, agudiza tu mente y te hace más empático.

Aprende a ver los conflictos como una oportunidad para acercarte más a los demás. Los conflictos y desacuerdos son inevitables en las relaciones humanas. Dos personas no pueden tener las mismas necesidades, opiniones y expectativas en todo momento. Sin embargo, eso no tiene por qué ser algo malo. Resolver los conflictos de manera saludable y constructiva puede fortalecer la confianza entre las personas. Cuando el conflicto no se percibe como amenazante o punitivo, fomenta la libertad, la creatividad y la seguridad en las relaciones.

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