Inteligencia ejecutiva: clave para dirigir comportamiento

La inteligencia ejecutiva es un concepto desarrollado por el reconocido filósofo y pedagogo español José Antonio Marina. A través de su Teoría Ejecutiva de la Inteligencia, Marina nos muestra cómo nuestra capacidad de autogestión y control sobre nuestro propio funcionamiento cerebral es lo que nos diferencia de los demás animales y nos permite adaptarnos al entorno de manera efectiva.

Índice
  1. ¿Qué es la inteligencia generadora?
  2. La evolución de la inteligencia ejecutiva
  3. Funciones ejecutivas y su aplicación educativa
  4. La inteligencia ejecutiva y la formación de la personalidad

¿Qué es la inteligencia generadora?

Según Marina, la inteligencia se define como la capacidad de dirigir nuestro comportamiento para adaptarnos al medio y resolver problemas. Para lograr esto, nuestro cerebro realiza continuamente operaciones que captan, interpretan, relacionan y guardan información. Una parte de esta información pasa a un estado consciente, en forma de ideas, imágenes, sentimientos, deseos, etc. A esta fuente de ocurrencias conscientes la llamamos inteligencia generadora o computacional.

A partir de esta información consciente, somos capaces de controlar nuestro comportamiento y dirigir el funcionamiento de nuestra inteligencia generadora de manera efectiva. Esta capacidad de autogestión es lo que Marina denomina inteligencia ejecutiva. Por lo tanto, la inteligencia humana opera en dos niveles: el generador (no consciente) y el ejecutivo (consciente).

La evolución de la inteligencia ejecutiva

Marina señala que la inteligencia ejecutiva apareció tardíamente en la evolución humana, en paralelo al crecimiento de los lóbulos frontales del cerebro. La aparición del lenguaje, según Vigotsky y Luria, contribuyó de manera significativa a expandir nuestra capacidad ejecutiva.

La inteligencia ejecutiva nos permite ejercer control sobre las funciones psicológicas básicas, como la percepción, atención, memoria, motivación, emociones, toma de decisiones y esquemas musculares. Esto nos permite dirigir estas funciones hacia metas intencionadamente seleccionadas.

Este control sobre nuestras funciones básicas es lo que nos diferencia de nuestros antepasados animales y nos permite inventar y llevar a cabo grandes proyectos que superan nuestras capacidades iniciales. A través del entrenamiento y la adquisición de hábitos, podemos lograr hacer cosas que antes nos parecían imposibles. Esta es la gran transformación y el dinamismo expansivo del ser humano.

Funciones ejecutivas y su aplicación educativa

Marina identifica una serie de funciones a través de las cuales se realiza el autocontrol y la autogestión. Estas funciones ejecutivas incluyen la activación, dirección de la atención, gestión de la motivación y emoción, control de la impulsividad, elección de metas, inicio y organización de la acción, mantenimiento del esfuerzo, flexibilidad, gestión de la memoria y metacognición.

inteligencia ejecutiva jose antonio marina - Qué es la inteligencia generadora

Para su aplicación educativa, Marina propone distribuir estas funciones en cuatro módulos:

  • Gestión de la energía (activación, atención, motivación, emoción).
  • Gestión de la acción (control del impulso, selección de metas, inicio y organización de la acción, mantenimiento del esfuerzo, flexibilidad).
  • Gestión del aprendizaje (construcción de la memoria y búsqueda en la memoria).
  • Gestión del pensamiento (metacognición).

La educación tiene como objetivo ayudar a desarrollar tanto la inteligencia generadora como la inteligencia ejecutiva. La inteligencia generadora puede ampliarse y modificarse a través de la adquisición de hábitos, lo que nos permite realizar comportamientos de manera automática y liberar recursos atencionales para otras tareas.

La inteligencia ejecutiva y la formación de la personalidad

La Teoría Ejecutiva de la Inteligencia también nos permite comprender la formación de la personalidad. Los niños nacen con una personalidad innata, que incluye características fisiológicas y temperamento. A partir de esta personalidad innata, construyen su personalidad aprendida a través de la adquisición de hábitos. A su vez, desde esta personalidad aprendida, elaboran su personalidad elegida a través de la definición de proyectos personales.

Por último, Marina destaca que la Teoría Ejecutiva de la Inteligencia puede y debe extenderse a una teoría ética, que es fundamental para la educación. Esta teoría ética nos ayuda a comprender y guiar nuestras acciones en función de los valores y principios que consideramos importantes.

La Teoría Ejecutiva de la Inteligencia de José Antonio Marina nos ofrece una comprensión profunda de la inteligencia ejecutiva y su importancia en nuestra capacidad de autogestión y control sobre nuestro propio funcionamiento cerebral. Esta teoría nos brinda herramientas para desarrollar nuestras funciones ejecutivas y aplicarlas en el ámbito educativo y personal. Además, nos invita a reflexionar sobre la formación de nuestra personalidad y la importancia de una ética que guíe nuestras acciones.

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