En las escrituras bíblicas encontramos una frase intrigante que dice: he ocultado estas cosas a sabios e inteligentes. Este pasaje se encuentra en Mateo 11:25 y nos invita a reflexionar sobre el propósito de Dios al revelar su sabiduría y conocimiento.
Qué escondiste estas cosas de los sabios y entendidos
En este versículo, Jesús alaba a Dios por esconder las cosas reveladas a los sabios y entendidos, y revelarlas a los niños. Esto puede resultar sorprendente, ya que normalmente asociamos la sabiduría con la inteligencia y el conocimiento profundo. Sin embargo, aquí se nos muestra que la verdadera sabiduría no se encuentra en la erudición, sino en la humildad y la sencillez de corazón.
En lugar de revelar su sabiduría a aquellos que se consideran sabios e inteligentes según los estándares humanos, Dios elige revelarla a los niños, a aquellos que tienen un corazón abierto y receptivo. Esto nos enseña la importancia de mantener una actitud de humildad y disposición para aprender, sin importar nuestro nivel de educación o conocimiento.
Qué escogió Dios para avergonzar a los sabios
En 1 Corintios 1:27-31, el apóstol Pablo nos dice que Dios escogió lo necio del entorno para avergonzar a los sabios, lo débil para avergonzar a lo fuerte, y lo menospreciado para deshacer lo que es. Esto nos muestra que el plan de Dios es contrario a la lógica humana. Él no se basa en las cualidades y habilidades que el entorno valora, sino que utiliza lo contrario para demostrar su poder y sabiduría.
El propósito de Dios al escoger lo necio, lo débil y lo menospreciado es para que nadie se jacte en su presencia. Nos muestra que nuestra sabiduría y fortaleza no provienen de nosotros mismos, sino de Dios. En Cristo Jesús, encontramos la verdadera sabiduría, justificación, santificación y redención. Por lo tanto, no tenemos motivo para glorificarnos a nosotros mismos, sino de gloriar al Señor.
Qué dice la Biblia sobre juntarse con sabios
En Proverbios 13:20-25 encontramos una advertencia sobre con quién nos juntamos. Se nos dice que si nos juntamos con sabios, obtendremos sabiduría, pero si nos juntamos con necios, nos echaremos a perder. Esto nos muestra la importancia de rodearnos de personas que nos inspiren y nos ayuden a crecer en sabiduría y conocimiento.
La Biblia también nos enseña que los pecadores son perseguidos por el mal, mientras que los justos son recompensados con el bien. Además, nos muestra que el hombre bueno deja una herencia a sus nietos, mientras que el pecador amasa fortunas que eventualmente serán del justo. Estos versículos nos invitan a vivir una vida justa y a tomar decisiones sabias, ya que esto tendrá un impacto en las generaciones futuras.
Otro aspecto importante que se destaca en este pasaje es la importancia de la corrección y disciplina. Nos dice que quien ama a su hijo lo corrige, lo cual nos muestra que la corrección es una muestra de amor y preocupación por el bienestar del otro. Esto nos enseña que debemos estar dispuestos a recibir corrección y a corregir a otros de manera amorosa y sabia.
Finalmente, se nos muestra que el justo come hasta estar satisfecho, mientras que el malvado se queda con hambre. Esto nos enseña que vivir una vida justa y sabia nos traerá satisfacción y plenitud, mientras que buscar el mal y seguir caminos equivocados solo nos llevará a la insatisfacción y el vacío.
El pasaje he ocultado estas cosas a sabios e inteligentes nos invita a reflexionar sobre la verdadera sabiduría y el conocimiento revelado por Dios. Nos muestra que la sabiduría no se encuentra en la erudición y la inteligencia humana, sino en la humildad y la disposición para aprender. Además, nos enseña que la sabiduría de Dios es contraria a la lógica humana, y que su poder se manifiesta a través de lo débil y lo menospreciado.
La Biblia también nos enseña la importancia de rodearnos de personas sabias y justas, y de vivir una vida justa y sabia para dejar un legado positivo a las generaciones futuras. Además, nos muestra la importancia de la corrección y la disciplina, y cómo vivir una vida justa y sabia nos llevará a la satisfacción y plenitud.
En definitiva, la verdadera sabiduría se encuentra en conocer a Dios y seguir sus caminos, y esto solo puede lograrse a través de una actitud humilde y dispuesta a aprender. Que podamos ser como niños en nuestro deseo de conocer a Dios y vivir según su sabiduría.
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