Gorila koko: la historia de su inteligencia y comunicación

En el entorno animal, existen especies que nos sorprenden por su inteligencia y capacidad de comunicación. Uno de los ejemplos más maravillosos es el gorila Koko, quien revolucionó nuestra comprensión sobre la comunicación entre animales. Koko nació en el zoo de San Francisco en 1971 y pasó gran parte de su vida en las montañas de Santa Cruz, en la Fundación Gorilla.

Desde temprana edad, Koko fue entrenada por su cuidadora, Francine Patterson, quien le enseñó la lengua de signos estadounidense mientras la exponía al inglés hablado. Según Patterson, Koko desarrolló un vocabulario activo de más de 1000 signos y podía comprender hasta 2000 palabras habladas.

Índice
  1. La capacidad lingüística de Koko
  2. Controversias y críticas

La capacidad lingüística de Koko

Desde el inicio de su entrenamiento, Koko demostró una sorprendente habilidad para combinar palabras y construir frases complejas. A diferencia de otros animales que simplemente repiten los signos, Koko utilizaba aspectos de la gramática y corregía a su cuidadora cuando traducía mal algo que ella estaba respondiendo.

Incluso compartió su vida con otro gorila llamado Michael, quien también aprendió la lengua de signos. En ocasiones, los investigadores observaron cómo Koko y Michael mantenían conversaciones espontáneas en lengua de signos. Estas interacciones revelaron la capacidad de los gorilas para comunicarse de manera flexible y expresar sus pensamientos y emociones.

Otra muestra de la inteligencia lingüística de Koko fue su capacidad metalingüística. Ella inventaba palabras ad hoc para definir objetos nuevos, combinando términos que ya conocía. Por ejemplo, cuando su cuidadora llegó con un anillo en las manos, Koko lo llamó pulsera de dedo, una combinación de dos términos que ella conocía para nombrar objetos similares.

Además de su habilidad lingüística, Koko también mostró una comprensión profunda de sentimientos y conceptos abstractos. Cuando adoptó a un gatito sin cola, lo llamó all ball (Todo Bola en inglés), lo que hizo pensar a los investigadores que Koko tenía capacidad para rimar sonidos. La tristeza que mostró cuando el gato murió atropellado fue interpretada como un claro ejemplo de duelo. También se observaron expresiones de miedo, humor e incluso juicios morales en su lenguaje.

Controversias y críticas

A pesar de las sorprendentes habilidades comunicativas de Koko, su vida estuvo rodeada de controversias y críticas por parte de la comunidad científica. Algunos cuestionaron la metodología de investigación utilizada y las conclusiones obtenidas. Se planteó la posibilidad de que las señales de Koko no fueran espontáneas, sino provocadas por su cuidadora.

Además, se argumentó que podríamos estar antropomorfizando al gorila, atribuyéndole capacidades humanas e ignorando sus propias capacidades que pueden ser distintas. Es importante recordar que la comunicación de los gorilas y otros simios no humanos se basa principalmente en gestos, los cuales se asemejan más a acciones incompletas y carecen de los elementos representativos y simbólicos presentes en los gestos humanos.

Las dificultades para evaluar la fiabilidad de los estudios realizados con Koko radican en la falta de un protocolo en ciego, que evite sesgos y reacciones ideomotoras, así como en la dificultad para replicar los resultados. Es posible que Koko haya sido una gorila excepcional, pero también es posible que nuestra interpretación antropomórfica esté atribuyéndole capacidades que no tiene, ocultando así las capacidades auténticas de los gorilas que aún desconocemos.

A pesar de las controversias, es innegable que Koko y otros simios tienen la capacidad de comunicarse con los seres humanos. Estas habilidades lingüísticas son un testimonio sólido de su alta capacidad cognitiva. Sin embargo, es importante reconocer que la forma en que Koko reconocía, comprendía, interpretaba y respondía al lenguaje de signos puede diferir de la forma en que lo hacemos los humanos.

La historia de Koko nos muestra hasta qué punto los animales pueden sorprendernos con sus habilidades comunicativas y su capacidad para comprender el entorno que los rodea. Aunque aún queda mucho por descubrir sobre la inteligencia de los gorilas y otros animales, no podemos negar que Koko dejó una huella imborrable en nuestra comprensión de la comunicación animal.

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