Inteligencia emocional: gestión de relaciones

La inteligencia emocional (también conocida como coeficiente emocional o EQ) se ha descubierto como un indicador importante de éxito en la vida y en la carrera profesional, especialmente en el liderazgo. Desarrollar habilidades de inteligencia emocional beneficiará tus relaciones personales y profesionales. EQ se refiere a una forma de inteligencia social que implica la capacidad de monitorear los propios sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar el pensamiento y las acciones. A diferencia del coeficiente intelectual (CI), que mide la inteligencia basada en una puntuación derivada de pruebas de inteligencia, la inteligencia emocional es la base de nuestras habilidades interpersonales, y estas habilidades son altamente demandadas por los empleadores.

Índice
  1. Por qué es necesaria la inteligencia emocional para el éxito
  2. Los cuatro aspectos clave de la inteligencia emocional
    1. Autoconciencia
    2. Autogobierno
    3. Conciencia social
    4. Gestión de relaciones
  3. Empatía y su conexión con la inteligencia emocional
    1. Incrementar la autoconciencia
    2. Incrementar el autogobierno (auto-liderazgo)
    3. Incrementar la conciencia social
    4. Incrementar la gestión de relaciones

Por qué es necesaria la inteligencia emocional para el éxito

Contrario a lo que se pensaba anteriormente, el CI no es un buen predictor del desempeño laboral, la felicidad o el éxito. La investigación ha demostrado que el EQ representa el 58% de los requisitos laborales y es el predictor más importante del desempeño en el lugar de trabajo y el impulsor más fuerte del liderazgo y la excelencia personal. Además, se ha demostrado que el 90% de los empleados con un desempeño alto tienen un EQ alto, mientras que el 20% de los empleados con un desempeño bajo tienen un EQ bajo. Esto significa que es posible ser un empleado de alto rendimiento sin EQ, pero las probabilidades son menores con un EQ bajo. Además, se ha encontrado una relación entre un EQ más alto y un salario más alto. De hecho, por cada punto de aumento en el EQ, hay un aumento de $1,300 al año en el salario.

Un estudio realizado por Virginia Tech mostró que los estudiantes universitarios con un EQ más alto tenían más autoeficacia, lo que les permitía manejar mejor los problemas y lograr un mayor éxito académico. Por ejemplo, la capacidad de leer el lenguaje corporal y comprender cuándo alguien está triste o enojado y necesita hablar es una habilidad de inteligencia emocional. Estas habilidades nos permiten interactuar exitosamente con los demás. Por otro lado, una persona que carece de inteligencia emocional puede afectar negativamente sus relaciones laborales y personales al no tener un filtro y constantemente menospreciar a los demás y decir exactamente lo que piensa, aunque sea hiriente.

Los cuatro aspectos clave de la inteligencia emocional

Según Daniel Goleman, autor y nominado al Premio Pulitzer, existen cuatro aspectos clave de la inteligencia emocional necesarios para crear mejores relaciones: la autoconciencia, el autogobierno, la conciencia social y la gestión de relaciones.

Autoconciencia

La autoconciencia se refiere a la capacidad de una persona para comprender sus propios sentimientos en cada momento. A menudo pasamos por nuestro día sin pensar o ser conscientes de nuestras emociones y cómo estas afectan nuestro comportamiento en el trabajo o en situaciones personales. Comprender nuestras emociones puede ayudarnos a reducir el estrés y tomar mejores decisiones, especialmente cuando estamos bajo presión. La autoconciencia también es importante para construir relaciones diversas e inclusivas. Además, conocer y reconocer nuestras propias fortalezas y debilidades es parte de la autoconciencia. Por ejemplo, si alguien está molesto por un nuevo proceso implementado en la organización, la falta de autoconciencia puede hacer que se sienta enojado y ansioso sin saber realmente por qué. Una alta autoconciencia de EQ podría ayudar a esa persona a reconocer que su enojo y ansiedad provienen de la última vez que la organización cambió los procesos y se despidió a quince personas. Parte de la autoconciencia es la idea de capital psicológico positivo, que incluye emociones como la esperanza, el optimismo (que resulta en mayor confianza) y la resiliencia (o la capacidad de recuperarse rápidamente de los desafíos). El capital psicológico se puede adquirir a través de la autoconciencia y el autogobierno, que es nuestra siguiente área de la inteligencia emocional.

Autogobierno

El autogobierno se refiere a nuestra capacidad para gestionar nuestras emociones y depende de nuestra capacidad de autoconciencia. ¿Cómo manejamos la frustración, la ira y la tristeza? ¿Podemos controlar nuestro comportamiento y nuestras emociones? El autogobierno también implica la capacidad de cumplir con los compromisos y tomar la iniciativa en el trabajo. Alguien que carece de autoconciencia puede proyectar su estrés en los demás. Por ejemplo, supongamos que una gerente de proyecto llamada María está muy estresada por una fecha límite que se acerca. La falta de autogobierno puede hacer que María llame a las personas en la oficina debido a la presión de la fecha límite. Un EQ más alto en esta área podría resultar en que María se mantenga tranquila y motivada, lo que a su vez motivaría a su equipo a concentrarse y terminar el proyecto a tiempo. Además, podemos relacionar el autogobierno con el auto-liderazgo y la capacidad que tenemos para influir en nuestros propios pensamientos, emociones y acciones. Daniel Goleman y sus colegas han escrito un artículo esclarecedor sobre el impacto que los estados de ánimo de un líder pueden tener en toda una organización.

Conciencia social

La conciencia social es nuestra capacidad para comprender las señales sociales que pueden afectar a los demás a nuestro alrededor. En otras palabras, se trata de comprender cómo se siente otra persona, incluso si nosotros no sentimos lo mismo. La conciencia social también incluye tener empatía hacia los demás y reconocer la estructura de poder y las dinámicas no escritas en el lugar de trabajo. La conciencia social es similar a un radar social. La mayoría de las personas con una alta conciencia social tienen carisma y hacen que los demás se sientan bien en cada interacción. Por ejemplo, considera el comportamiento de Erik en las reuniones. Él habla continuamente y no capta sutilezas, como el lenguaje corporal. Debido a esto, no puede entender (o incluso imaginar) que sus monólogos pueden ser frustrantes para los demás. Erik, con un EQ más alto en conciencia social, podría comenzar a hablar pero también pasar mucho tiempo escuchando y observando en la reunión, para tener una idea de cómo se sienten los demás. También podría preguntar directamente a las personas cómo se sienten. Esto demuestra una alta conciencia social.

Gestión de relaciones

La gestión de relaciones se refiere a nuestra capacidad para comunicarnos de manera clara, mantener buenas relaciones con los demás, conectarnos con personas de otras culturas, trabajar bien en equipo y manejar conflictos. La gestión de relaciones depende de nuestra capacidad para utilizar las otras tres áreas de la inteligencia emocional para manejar las relaciones de manera efectiva. Por ejemplo, consideremos a Carolina. Carolina es buena para leer las emociones de las personas y mostrar empatía hacia ellas, incluso si no está de acuerdo. Como líder, siempre tiene la puerta abierta y deja en claro a sus colegas y empleados que pueden hablar con ella en cualquier momento. Si Carolina tiene un EQ bajo en el área de gestión de relaciones, puede menospreciar a las personas y tener dificultades para ser positiva. Es posible que no sea considerada una buena compañera de equipo, lo que demuestra su falta de capacidad para manejar relaciones.

Empatía y su conexión con la inteligencia emocional

La empatía es un componente clave de la inteligencia emocional, pero a menudo confundimos la empatía con la compasión. La empatía implica entender y compartir los sentimientos de otra persona, mientras que la compasión implica comprender y mostrar simpatía hacia los sentimientos de otra persona. Brené Brown explica la empatía y la conexión que puede crear con los demás en el siguiente video:

Incrementar la autoconciencia

Para aumentar la autoconciencia, debemos dedicar tiempo a pensar en nuestras emociones para comprender por qué experimentamos emociones específicas. Llevar un diario puede ser útil en este proceso. Si analizamos las cosas que nos causan fuertes reacciones emocionales, como la ira o la ansiedad, podemos comenzar a comprender las razones subyacentes de nuestras reacciones. Esta introspección puede alertarnos sobre patrones dentro de nosotros mismos, brindarnos una visión de cómo nuestras emociones pueden afectar nuestro comportamiento y permitirnos gestionar mejor esas emociones cuando surjan.

Incrementar el autogobierno (auto-liderazgo)

Para aumentar nuestras habilidades de autogobierno/auto-liderazgo, también podemos enfocarnos en lo positivo en lugar de lo negativo. Respirar profundamente aumenta el flujo sanguíneo, lo que nos ayuda a manejar situaciones difíciles. Aunque parezca infantil, contar hasta diez antes de reaccionar puede ayudarnos a manejar emociones como la ira. Esto nos puede dar el tiempo necesario para calmarnos y pensar cómo manejar la situación. Practicar el diálogo interno positivo puede ayudar a aumentar nuestra capacidad para liderarnos a nosotros mismos hacia un mejor estado emocional, lo que puede afectar todas las áreas de nuestras vidas. El diálogo interno se refiere a los pensamientos que tenemos sobre nosotros mismos y las situaciones a lo largo del día. Dado que tenemos más de 60,000 pensamientos al día, adquirir el hábito de manejar esos pensamientos es importante.

Incrementar la conciencia social

Incrementar la conciencia social significa observar las acciones de los demás para tener una buena idea de cómo están reaccionando. Podemos mejorar nuestras habilidades de conciencia social aprendiendo los nombres de las personas y asegurándonos de observar el lenguaje corporal. Vivir el momento presente, practicar habilidades de escucha y hacer preguntas de seguimiento también pueden ayudar a mejorar nuestras habilidades de conciencia social.

Incrementar la gestión de relaciones

Las estrategias para la gestión de relaciones pueden incluir ser abierto, reconocer los sentimientos de los demás y mostrar interés por ellos. Tomarse el tiempo para escuchar realmente a los colegas y empleados y comprenderlos a nivel personal puede ayudar a mejorar las habilidades de gestión de relaciones. Estar dispuesto a aceptar comentarios y crecer a partir de ellos puede ayudar a las personas a sentirse más cómodas al hablar contigo.

La inteligencia emocional se aplica a todas las áreas de nuestras vidas, pero es especialmente importante para aquellos que lideran en medio de nuestra sociedad interconectada globalmente y de ritmo rápido. Si el liderazgo se trata de influencia, entonces los líderes de hoy necesitan inteligencia emocional para conectarse con grupos diversos de individuos y tener un impacto en los demás.

La gestión de las relaciones es un aspecto fundamental de la inteligencia emocional. Desarrollar habilidades en este ámbito nos permite comprender y regular nuestras emociones, leer las señales sociales de los demás, establecer relaciones positivas y gestionar conflictos de manera efectiva. La inteligencia emocional es esencial para el éxito personal y profesional, ya que nos ayuda a construir relaciones sólidas y a manejar situaciones desafiantes de manera efectiva. Al aumentar nuestra autoconciencia, autogobierno, conciencia social y gestión de relaciones, podemos mejorar nuestra inteligencia emocional y lograr un mayor éxito en todas las áreas de nuestra vida.

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