Fallas de la inteligencia: aprende del fracaso y alcanza el éxito

La inteligencia es una capacidad humana admirable que nos permite pensar, razonar y resolver problemas de manera eficiente. Sin embargo, incluso las mentes más brillantes pueden cometer errores y enfrentar fallas en su camino hacia el éxito. Estas fallas de la inteligencia pueden ser desalentadoras, pero también pueden ser una valiosa oportunidad para aprender y crecer.

Índice
  1. Ejemplos de fallas inteligentes
  2. Características de una falla inteligente
  3. Aprendiendo del fracaso en la vida personal

Ejemplos de fallas inteligentes

Un ejemplo notable de una falla inteligente es el caso de la empresa farmacéutica Eli Lilly en la década de 1990. Después de invertir más de una década y millones de dólares en el desarrollo de un nuevo medicamento llamado Alimta para tratar el cáncer de pulmón, los ensayos clínicos demostraron que el medicamento no era efectivo en el tratamiento del cáncer.

Aunque la falla fue decepcionante, la profesora de la Escuela de Negocios de Harvard, Amy Edmondson, argumenta en su libro right kind of wrong: the science of failing well que Alimta es un ejemplo de una falla inteligente. Los científicos que desarrollaron el medicamento no tenían otra opción más que experimentar y aprender de los resultados, ya que estaban investigando un territorio desconocido.

Edmondson define una falla inteligente como un resultado no deseado en un territorio nuevo, donde no se puede saber con certeza si funcionará sin probarlo. Esta forma de fracaso nos ayuda a identificar un camino hacia el éxito. En lugar de castigar a los empleados por sus fracasos, los gerentes deberían aplaudirlos por embarcarse en experimentos valiosos y alentar a otros a hacer lo mismo. La innovación y el éxito futuro de una empresa dependen de la disposición de los empleados a asumir riesgos y aprender de sus fallas.

Características de una falla inteligente

No todas las fallas son iguales. Edmondson distingue entre tres tipos de fallas: fallas básicas, fallas complejas y fallas inteligentes. Las fallas básicas son causadas por descuido o ignorancia, mientras que las fallas complejas son el resultado de múltiples factores que se combinan para causar el fracaso. Estos dos tipos de fallas se pueden evitar prestando atención y corrigiendo los errores a tiempo.

Por otro lado, las fallas inteligentes son inevitables cuando se asumen riesgos calculados con el potencial de obtener grandes recompensas. Edmondson identifica cuatro características que definen una falla inteligente:

  • Experimento en territorio nuevo: La falla ocurre al intentar algo completamente nuevo, sin conocimiento previo para obtener los resultados deseados. No existe una receta o seguir.
  • Oportunidad de avanzar hacia una meta deseada: El plan es cuidadosamente diseñado y ofrece una recompensa significativa si tiene éxito. No tiene sentido asumir un riesgo si no hay una posibilidad real de obtener un beneficio.
  • Basado en una hipótesis: El experimento se basa en conocimientos previos y se tiene una razón para creer que podría funcionar. No se trata de acciones aleatorias, sino de acciones fundamentadas en una expectativa razonable de éxito.
  • Falla controlada para obtener conocimientos: El proyecto no arriesga más recursos de los necesarios en caso de que algo salga mal. Se busca obtener nuevos conocimientos al menor costo posible.

Al embarcarse en un experimento, no se puede garantizar el éxito, pero se puede aumentar la probabilidad de que las fallas sean manejables y generen nuevos conocimientos que impulsen el éxito futuro.

Aprendiendo del fracaso en la vida personal

Las lecciones de las fallas inteligentes no solo se aplican al ámbito empresarial, sino también a nuestras vidas personales. Edmondson comparte la historia de su madre, quien aprendió del fracaso en su vida amorosa. En la década de 1950, su madre aceptó ir a una cita a ciegas organizada por un amigo de la infancia. Sin embargo, la cita resultó ser un desastre, ya que el chico habló solo de sí mismo y se comportó de manera inapropiada.

A pesar de esa mala experiencia, cuando el amigo de su madre sugirió una nueva cita a ciegas con otro chico, ella decidió darle una oportunidad. Aprendiendo de su fracaso anterior, acordó encontrarse solo para tomar una copa en lugar de pasar un fin de semana completo juntos. Esta vez, el resultado fue exitoso y terminó casándose con el chico de la segunda cita, quien se convirtió en el padre de Edmondson.

Esta historia demuestra cómo aprender del fracaso y estar dispuesto a correr riesgos puede llevar al éxito en diferentes aspectos de la vida.

Las fallas de la inteligencia son inevitables, pero no deben ser vistas como algo negativo. Al contrario, son oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Las fallas inteligentes ocurren cuando nos aventuramos en territorios nuevos, con metas claras y fundamentadas en conocimientos previos. Estas fallas nos brindan valiosos conocimientos y nos acercan al éxito.

En lugar de castigar a aquellos que fracasan, debemos celebrar su valentía y fomentar una cultura de innovación y aprendizaje. Aprender del fracaso es esencial para alcanzar el éxito en cualquier ámbito, ya sea empresarial o personal. No tengas miedo de fracasar inteligentemente, porque solo así podrás alcanzar tus metas más audaces.

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