Evaluación de inteligencia en infancia media: potenciando el desarrollo cognitivo y social

La infancia media, que abarca desde los seis hasta los 12 años de edad, a menudo se conoce como los años olvidados del desarrollo, ya que la mayoría de las investigaciones se centran en el desarrollo de la primera infancia o el crecimiento adolescente. Sin embargo, la infancia media es rica en potencial para el avance cognitivo, social, emocional y físico. Durante este período, el cerebro está experimentando activamente una poda sináptica y, como tal, está constantemente refinándose, un proceso que depende en gran medida del entorno del niño. Este descubrimiento abre la puerta a optimizar las experiencias que un niño necesita para proporcionarse una base sólida para la edad adulta. En este artículo se revisarán los cambios neurológicos que ocurren en la infancia media, su impacto en el desarrollo general y cómo implementar este conocimiento para potenciar las capacidades de un niño.

Índice
  1. El papel del cerebro
  2. Literacidad física
  3. Desarrollo cognitivo y social
  4. Consultas habituales

El papel del cerebro

Desde el nacimiento hasta la edad adulta joven, el cerebro humano está madurando rápidamente, con un crecimiento más rápido al principio de la vida, cuando el cerebro es más plástico. Estudios de imágenes y histología postmortem han demostrado que el cerebro experimenta una poda selectiva, un proceso en el que algunas áreas se mejoran, mientras que otras se atenúan selectivamente. Este proceso adaptativo está influenciado, en muchos aspectos críticos, por las experiencias diarias que pueden dirigir nuevas proyecciones axonales y reducciones y consolidaciones sinápticas. Por lo tanto, a pesar de cualquier predisposición genética para la salud mental o factores de riesgo físico que una persona pueda tener, con una crianza adecuada y exposición a entornos estimulantes, es posible alterar la epigenética y la forma en que una persona percibirá e interactuará con el entorno como adulto.

evaluacion de la inteligencia etapa infancia media - Cuál es el desarrollo intelectual de un niño de 0 a 5 años

La infancia media se considera un período sensible debido al papel activo que desempeñan las experiencias en el desarrollo del cerebro. Durante la infancia media, el cerebro está en un estado constante de cambio: la mielinización está ocurriendo dentro del cuerpo calloso y las áreas subcorticales, lo que permite una mayor velocidad de conducción y transmisión sináptica entre el hemisferio derecho e izquierdo, mientras que al mismo tiempo, la materia gris cortical está adaptándose activamente. A medida que esto ocurre, la actividad cerebral y las respuestas conductuales avanzan. Los niños pequeños muestran patrones de activación difusa y generalizada en la resonancia magnética funcional, mientras que los niños mayores muestran una activación regional más selectiva. Esto se debe a que la poda sináptica permite que el cerebro atenúe la actividad en ciertas áreas, mientras mantiene o mejora la actividad en otras áreas. Por lo tanto, con la edad, se activan menos regiones del cerebro de manera más selectiva para tareas específicas al responder selectivamente a los mismos estímulos. El grado en que esto ocurre está modulado por las experiencias que tiene un niño. Como tal, los niños tienen una mayor oportunidad de alcanzar su potencial cuando tienen acceso y oportunidad de participar en entornos estimulantes, experiencias e interacciones que respalden y promuevan sus capacidades individuales.

Literacidad física

Cuando se compara a niños de seis y 12 años mientras lanzan una pelota, se puede observar que el niño más joven demuestra movimientos innecesarios significativamente más pronunciados, mientras que el niño mayor es más preciso y con propósito. Esto se debe a que durante la infancia media, los niños desarrollan habilidades físicas aumentadas que se asemejan al proceso de poda sináptica. Es por eso que simplemente hacer que los niños se muevan durante sus años de escuela primaria puede mejorar sus habilidades motoras e iniciar hábitos de vida saludables sostenibles, al mismo tiempo que proporciona estímulos que aumentan la remodelación sináptica. Sin embargo, eso no es todo lo que proporciona la actividad física. Se ha descubierto que la actividad física durante la infancia media desempeña un papel integral en inculcar la confianza en sí mismos y en proporcionar un conducto para el aprendizaje. Hacer que los niños se muevan les brinda un sentido de logro, resiliencia y seguridad. Para ellos, simplemente se divierten, pero la actividad física los coloca en situaciones donde pueden tener intercambios positivos con sus compañeros, al tiempo que aprenden a ser adaptables, creativos, pensadores críticos y comunicadores efectivos. La investigación ha demostrado que la estabilidad social y emocional positiva que ofrece la actividad física es el mejor indicador del bienestar general y disminuye el riesgo de problemas de salud mental, al tiempo que hace que los niños sean más resistentes a medida que ingresan a la adolescencia.

La autoestima ganada a través del deporte también puede fortalecer secundariamente el rendimiento académico. Sin embargo, este no es el único mecanismo por el cual el deporte y la academia están relacionados. Los estudios han demostrado que la actividad física produce factores de crecimiento y proteínas que protegen y estimulan el cerebro, y mejoran la memoria, la concentración y la atención. Este hallazgo está respaldado por investigaciones de la Universidad de Illinois (Illinois, Estados Unidos) que muestran que los niños más en forma de los mismos antecedentes socioeconómicos y con el mismo índice de masa corporal obtuvieron mejores resultados en pruebas que evalúan la atención y la memoria compleja. Los niños activos también tienen ganglios basales e hipocampos significativamente más grandes, áreas responsables de mantener la atención, la coordinación y la memoria. Esto respalda la creencia de que a través del ejercicio aeróbico en la infancia media, se puede contribuir a la estructura y función del cerebro, mejorando así la neurocognición futura.

Desarrollo cognitivo y social

La infancia media es cuando los niños pasan de ser preescolares dependientes a jóvenes individuos con un papel activo en las estructuras familiares y comunitarias. Sus pensamientos se vuelven más abstractos, sus comportamientos y emociones más controlados y sus decisiones más independientes. Es durante la infancia media cuando se consolidan las neuronas responsables de la cognición, el lenguaje y las habilidades sociales. Desde los siete hasta los 11 años de edad, los niños adquieren el control cognitivo, con una capacidad creciente para responder selectivamente a los estímulos y comenzar a procesar y comprender el material de manera efectiva. Los bucles de retroalimentación entre el cerebro anterior y el cerebro medio se transforman, lo que permite la regulación flexible de los pensamientos y acciones en presencia de estímulos competitivos. El control del lenguaje tiene un proceso de maduración más prolongado, con la maduración de la materia gris en la corteza de los lóbulos temporales y frontales que se extiende hasta la adolescencia. Estos períodos de neuromaduración son el mejor momento para exponer a los niños a una variedad de experiencias que pueden fortalecer el número y la precisión de estas conexiones, y mejorar sus habilidades cognitivas y capacidad lingüística.

Socialmente, durante la infancia media, los niños pasan de una visión interna del entorno a una visión externa. A los siete años de edad, los niños se vuelven más conscientes de sus propios sentimientos, dándose cuenta de que son distintos de los demás y, como tal, comienzan a considerar los sentimientos de los demás. La capacidad para hacerlo requiere cierto nivel de inteligencia, comunicación, perspicacia, empatía, altruismo y moralidad. La moralidad es un proceso progresivo que va desde una sensación absoluta de las reglas hasta poder analizar las reglas y juzgar lo que está bien o mal. La formación de este comportamiento prosocial de considerar el punto de vista de los demás, con emoción controlada y comprensión empática, depende en cierta medida de la genética, pero depende en gran medida de la orientación y el modelado de los padres. Al mismo tiempo, de los seis a los 10 años de edad, los niños llegan a comprender los estereotipos. Por lo tanto, cómo uno ve e interactúa con el entorno como adulto se establece en gran medida durante la infancia media.

Consultas habituales

  • ¿Cuál es la importancia de la evaluación de la inteligencia en la infancia media?
  • ¿Cómo influyen las experiencias diarias en el desarrollo del cerebro durante la infancia media?
  • ¿Qué papel juega la actividad física en el desarrollo cognitivo y social durante la infancia media?
  • ¿Cómo se establecen las habilidades sociales y emocionales durante la infancia media?

La evaluación de la inteligencia durante la etapa de la infancia media es de vital importancia para comprender y promover el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños. Durante este período, el cerebro está experimentando cambios significativos y es altamente receptivo a las experiencias y estímulos del entorno. Al proporcionar a los niños acceso a entornos estimulantes y oportunidades para participar en actividades físicas y sociales, se les brinda la posibilidad de alcanzar su máximo potencial y establecer bases sólidas para su vida adulta. Es fundamental reconocer la importancia de la infancia media como una etapa crítica en el desarrollo humano y brindar el apoyo y las experiencias necesarias para fomentar un crecimiento óptimo.

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