Desarrolla autodisciplina e inteligencia: el camino al éxito

¿Alguna vez has considerado convertirte en la persona que admiras?

Podrías pensar que estas cualidades son innatas y están fuera de tu alcance. ¡Piénsalo de nuevo! Tienes el poder de convertirte en la persona que admiras demostrando fuerza de voluntad, esfuerzo y disciplina. Claro, es más fácil decirlo que hacerlo, pero recuerda que NO ES IMPOSIBLE, como lo demuestran los éxitos de las personas que admiras.

Índice
  1. ¿Por qué la autodisciplina?
  2. Visión científica sobre la autodisciplina
  3. Cómo desarrollar la autodisciplina: los 3 pasos esenciales
    1. Tomar conciencia de tus motivaciones
    2. Definir metas claras
    3. Crear rutinas

¿Por qué la autodisciplina?

La mayoría de nosotros tendemos a dejar lo que debemos hacer hoy para mañana. Esta actitud de procrastinación nos deja con una sensación de fracaso y frustración, y sentimos que no podemos salir de este círculo vicioso. Y todo esto se debe a la falta de autodisciplina.

La autodisciplina es una habilidad fundamental que permite adquirir y desarrollar otras habilidades como la perseverancia, la resiliencia, el compromiso, la resistencia, la autodeterminación, la autoconfianza, el rigor, la organización, la autonomía, entre otras.

Es, por lo tanto, la habilidad fundamental para el éxito.

Y la buena noticia es que esta habilidad se desarrolla y perfecciona a través de la práctica. Práctica regular todos los días hasta que se convierta en un hábito, una actitud inconsciente.

Visión científica sobre la autodisciplina

La autodisciplina parece ser un predictor más confiable del éxito que el coeficiente intelectual (CI). Un estudio realizado por la psicóloga Angela Duckworth mostró que las personas con mayor autodisciplina son más propensas a perseverar en sus metas a largo plazo, incluso cuando enfrentan obstáculos o fracasos.

Además, la autodisciplina también es esencial para mantener la motivación a largo plazo. Cuando intentamos desarrollar nuevos hábitos, como hacer ejercicio o comer de manera más saludable, mantener estos hábitos a largo plazo suele ser difícil.

Los estudios han demostrado que una vez que creas un nuevo patrón de comportamiento, salir a correr o resistir la tentación de comer una barra de chocolate se vuelve tan automático como cualquier otro hábito.

Las personas que tienen una mayor capacidad de autodisciplina son, por lo tanto, más propensas a mantener nuevos hábitos a largo plazo.

Y según un estudio realizado en 2013, también serán más felices que los demás. El estudio encontró que las personas autodisciplinadas encontraban más fácil evitar comportamientos poco saludables y no perdían tiempo dudando de sus elecciones. Una vez que habían evaluado los pros y los contras, decidían implementar un comportamiento positivo y se mantenían fieles a él sin dejarse influenciar por sus emociones o deseos.

Cómo desarrollar la autodisciplina: los 3 pasos esenciales

Tomar conciencia de tus motivaciones

La autodisciplina necesita combustible para funcionar, y ese combustible es tu motivación intrínseca. Con ella, puedes enfocarte y mantener una constancia en el logro de tus metas.

Primero, identifica el por qué de tu objetivo, tu creencia y la fuerza que te impulsa a esforzarte.

Comienza por preguntarte qué quieres ser o lograr, qué hábitos quieres desarrollar o qué comportamiento quieres cambiar.

Cuanto más identifiques tus razones, más motivado estarás para completar de manera constante una actividad en particular o practicar un nuevo hábito.

Mantener niveles saludables de energía y un fuerte compromiso es esencial para mantener la autodisciplina.

Definir metas claras

Habiendo identificado las razones correctas, ahora debes establecer metas claras y específicas con plazos realistas y hitos para medir tu progreso.

Comienza con pequeños pasos. Por ejemplo, puedes empezar levantándote un poco más temprano cada día para darte más tiempo para enfocarte en tus metas del día.

Si te cuesta concentrarte, utiliza la técnica Pomodoro; asigna 25 minutos para terminar una tarea y luego toma un descanso de 5 minutos, lo que te permitirá avanzar por etapas sin perder el enfoque y desanimarte.

Piensa en la autodisciplina como un músculo mental que se puede desarrollar y fortalecer con el tiempo de manera progresiva.

Crear rutinas

Las rutinas ayudan a establecer hábitos que refuerzan tu autodisciplina.

Una rutina bien planificada ayuda a establecer hábitos y patrones automáticos que facilitarán el logro de tus metas.

Para hacer esto, planifica tus días y sigue una rutina diaria que te ayude a mantener el enfoque y la motivación.

Comienza haciendo un plan para cada día de la semana, enumerando todas las tareas importantes y cumpliendo con ellas. Sé realista, haz una lista de 3 prioridades por día y comienza a trabajar en las cosas más importantes. Estos pequeños logros diarios te darán la motivación para progresar.

Reenfoca tus metas si es necesario; el estrés y la presión mental son enemigos de la autodisciplina. Sé positivo en tus intenciones y en su logro.

Asume la responsabilidad total de todas tus acciones, tanto tus fracasos como tus éxitos. Aprende de tus errores para corregirlos y hacerlo mejor una y otra vez.

Platón dijo que la victoria sobre uno mismo es la mayor victoria.

Entonces, ¿qué estás esperando? ¡Desarrolla esas cualidades que admiras!

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