Cuando nos encontramos con personas que tienen comportamientos negativos, engreídos y ególatras, es común utilizar adjetivos como tontos, estúpidos, idiotas o majaderos para referirnos a ellos. Estos términos, aunque pueden resultar ofensivos, son utilizados para describir a aquellos individuos que destacan por su falta de consideración hacia los demás y su actitud egoísta.
La doctora Martina M. Cartwright ha estudiado cómo podemos lidiar con este tipo de personas crónicamente egoístas y desconsideradas que hacen miserable la vida de quienes les rodean. En su artículo publicado en Psychology Today, Cartwright enumera los cuatro tipos más comunes de este comportamiento y ofrece algunos consejos para identificarlos y alejarlos de nuestro entorno.
Egoístas crónicos: los reyes del yomismismo
Estas personas son egoístas de forma permanente. Son narcisistas y no muestran consideración por los sentimientos de los demás. Centran su atención en sí mismos y en cumplir sus propios deseos, sin importarles las necesidades de los demás. Son mentirosos y falsos, y en el ámbito profesional suelen ser trepas, dispuestos a ascender a costa de despedir a sus compañeros. Les gusta tener siempre la razón y tratan de cambiar a quienes les rodean para que se adapten a sus comportamientos y opiniones.
Para lidiar con ellos, es importante no dejarse influenciar por su egoísmo y establecer límites claros. No intentes cambiarlos, ya que no están interesados en hacerlo. En cambio, enfócate en ti mismo y en tus propias necesidades.
Los protagonistas y su obsesión por ser el centro de atención
Estas personas son conocidas por su comportamiento intimidante y su necesidad de ser el centro de atención. Culpan rápidamente a los demás si algo no sale como ellos quieren y suelen hablar mal de los demás para sobresalir. Su objetivo es conseguir el liderazgo y destacar sobre el resto. Para enfrentarse a ellos, es importante mostrar desprecio hacia sus comentarios y no dejarse intimidar. Defiéndete de sus ataques y no permitas que te menosprecien.
Pusilánimes que se dedican a dar pena
Este tipo de personas adoptan un papel de fragilidad y timidez para ganarse la atención y el apoyo de los demás. Aunque puedan parecer santos, en realidad son tiranos, narcisistas y egoístas. Utilizan mentiras para manipular a los demás y sacar provecho de su situación. Además, se alegran cuando alguien de su séquito comete un error y se ensañan en comentarios vejatorios como castigo.
Para identificar a estas personas, es importante prestar atención a su comportamiento y no dejarse engañar por su aparente fragilidad. No te dejes manipular y mantén tus propios intereses como prioridad.
Vagos y maleantes: los incompetentes
Estas personas se caracterizan por su pereza y falta de compromiso. Evitan cualquier tarea que no les apetece hacer y delegan su trabajo en los demás. Son incapaces de hacer las cosas correctamente y se desentienden de cualquier responsabilidad. En un entorno laboral, serían aquellos compañeros que no aportaban nada al trabajo en grupo y hacían que los demás terminaran realizando su parte.
Si te encuentras con este tipo de personas, es importante establecer límites y no permitir que se aprovechen de ti. No te responsabilices por sus acciones y enfócate en tu propio crecimiento y desarrollo profesional.
En definitiva, existen diferentes tipos de personas que pueden ser consideradas estúpidos inteligentes. Estos individuos se caracterizan por su comportamiento egoísta, falta de consideración hacia los demás y su incapacidad para cambiar. Para lidiar con ellos, es importante establecer límites, mantenerse firme en nuestras convicciones y no permitir que nos afecten emocionalmente. La vida es demasiado corta para tener que lidiar con personas tóxicas y negativas, por lo que es importante rodearse de personas positivas y constructivas.
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