Caras creadas por ia: ¿qué son y cómo se generan?

En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha avanzado rápidamente en la capacidad de generar imágenes realistas de caras humanas. Estas caras generadas por IA se han vuelto tan convincentes que resulta difícil distinguirlas de fotografías reales. Pero, ¿cómo se crean estas caras y cuál es el impacto de esta tecnología?

Índice
  1. El valle inquietante: de lo artificial a lo real
  2. La dificultad de distinguir entre lo real y lo sintético
  3. El impacto de las caras generadas por IA

El valle inquietante: de lo artificial a lo real

Antes de los avances en IA, los animadores y los investigadores solo podían crear caras humanas que parecían un poco extrañas. Películas como el expreso polar en 2004 generaron incomodidad en los espectadores, ya que los personajes tenían caras casi humanas pero no del todo, y caían en lo que se conoce como el valle inquietante. Este fenómeno ocurre cuando las caras artificiales (o los robots en general) se vuelven cada vez más humanas y se acercan mucho a parecerse a nosotros, pero aún muestran signos de ser artificiales, lo que provoca incomodidad o incluso repulsión.

caras creadas por inteligencia artificial - De dónde saca la IA las caras

Sin embargo, los avances recientes en la tecnología de inteligencia artificial han permitido superar este valle inquietante. Las caras sintéticas ahora parecen tan reales como las genuinas, o incluso más.

Tal vez hayas visitado el sitio web ThisPersonDoesNotExist.com. Al visitar repetidamente la página, puedes generar un número ilimitado de imágenes de caras, ninguna de las cuales pertenece a personas reales. Estas caras sintéticas son creadas por un algoritmo de IA conocido como generative adversarial network (GAN). Este algoritmo consta de dos redes neuronales que compiten entre sí. Una red genera imágenes nuevas y plausibles (en este caso, caras), mientras que la otra intenta distinguir entre imágenes reales y falsas. A través de un bucle de retroalimentación, el generador aprende a producir imágenes cada vez más convincentes que el discriminador no puede identificar como falsas. Utilizando un gran conjunto de fotografías reales junto con las imágenes generadas por el generador, el sistema finalmente aprende a producir ejemplos realistas y nuevos de caras. El generador final es el que produce las imágenes que se pueden ver en el sitio web.

La dificultad de distinguir entre lo real y lo sintético

Los investigadores han descubierto que las personas tienen dificultades para distinguir entre caras sintéticas y reales cuando se les presentan en mezcla. Según un estudio, los participantes clasificaron correctamente las caras solo el 42% de las veces, ligeramente peor que adivinar al azar (que daría un 50% de precisión). También calificaron las caras sintéticas como más confiables que las reales.

Otro estudio encontró que las caras sintéticas fueron calificadas como más reales que las fotografías de caras reales. Esto puede deberse a que estas caras falsas a menudo parecen más promedio o típicas que las reales (que tienden a ser un poco más distintivas) debido a que el generador aprende que tales caras son mejores para engañar al discriminador.

En otro estudio reciente, investigadores en Australia profundizaron en nuestra capacidad para distinguir entre caras reales y sintéticas. En su primer experimento, los participantes en línea no pudieron distinguir entre los dos tipos de caras y nuevamente percibieron las caras sintéticas como más reales que las reales.

Sin embargo, su segundo experimento pareció contar una historia diferente. Se pidió a una nueva muestra de participantes, esta vez en el laboratorio, que usaran gorras de electroencefalografía (EEG) en sus cabezas. Los electrodos colocados en estas gorras midieron la actividad eléctrica en los cerebros de los participantes.

Durante la tarea, se presentaron diferentes caras en una secuencia rápida, y mientras esto ocurría, se les pidió a los participantes que presionaran un botón cuando un círculo blanco (mostrado encima de las caras) se volviera rojo. Esto aseguró que los participantes se centraran en el centro de la pantalla donde se mostraban las imágenes.

Los resultados de la prueba de EEG mostraron que la actividad cerebral difería cuando las personas estaban mirando caras reales versus caras sintéticas. Esta diferencia fue evidente aproximadamente a los 170 milisegundos después de que las caras aparecieran por primera vez en la pantalla.

Este componente de la señal eléctrica conocido como N170 es sensible a la configuración de las caras (es decir, la disposición y las distancias entre las características faciales). Entonces, una explicación podría ser que las caras sintéticas se percibieron como sutilmente diferentes a las caras reales en términos de las distancias entre características como los ojos, la nariz y la boca.

Estos resultados sugieren que hay una distinción entre cómo nos comportamos y lo que nuestros cerebros saben. Por un lado, los participantes no pudieron distinguir conscientemente entre caras sintéticas y reales, pero por otro lado, sus cerebros pudieron reconocer la diferencia, como reveló su actividad de EEG.

Aunque puede resultar sorprendente pensar que nuestros cerebros tienen acceso a información que está fuera de nuestra conciencia, existen muchos ejemplos de esto en psicología. Por ejemplo, la visión ciega es una condición que se encuentra típicamente en personas que son ciegas en la mitad de su campo visual. A pesar de esto, pueden responder a objetos colocados en su lado ciego que niegan ser conscientes de ver. Los estudios también han demostrado que nuestra atención se centra en imágenes de personas desnudas, incluso cuando no somos conscientes de verlas. Y todos hemos oído hablar del concepto de publicidad subliminal, aunque los experimentos de laboratorio no respaldan la idea de que realmente funcione.

El impacto de las caras generadas por IA

Ahora que las caras sintéticas son tan fáciles de producir y son tan convincentes como las fotografías reales, debemos preocuparnos por los perfiles falsos en línea, las noticias falsas, etc. Estos avances en la tecnología de IA tendrán serias implicaciones en el futuro cercano y es necesario implementar salvaguardias y otras medidas para mitigar estos peligros.

Quizás las señales que nuestros cerebros parecen usar al detectar caras sintéticas resulten útiles para desarrollar formas de identificar estas falsificaciones en los próximos años.

Las caras creadas por inteligencia artificial son un ejemplo impresionante de cómo la tecnología ha avanzado en la capacidad de generar imágenes realistas. Estas caras sintéticas son tan convincentes que resulta difícil distinguirlas de las fotografías reales. Sin embargo, la investigación ha demostrado que nuestros cerebros pueden detectar sutiles diferencias entre las caras sintéticas y las reales, incluso si no podemos hacerlo conscientemente. El impacto de estas caras generadas por IA plantea desafíos y preocupaciones sobre la proliferación de perfiles falsos y noticias falsas en línea. Es importante implementar salvaguardias y medidas para mitigar estos peligros y desarrollar formas de identificar las caras sintéticas en el futuro.

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