Anatomía y fisiología de la memoria y la inteligencia: tutorial completa

La memoria y la inteligencia son dos aspectos fundamentales de la capacidad cognitiva del ser humano. La memoria nos permite almacenar y recordar información, mientras que la inteligencia nos permite procesar y utilizar esa información de manera eficiente. En este artículo, exploraremos la anatomía y fisiología de la memoria y la inteligencia, y cómo están relacionadas entre sí.

Índice
  1. ¿Qué es la memoria?
  2. Tipos de memoria
    1. Memoria sensorial
    2. Memoria a corto plazo
    3. Memoria a largo plazo
  3. ¿Cómo se relacionan la memoria y la inteligencia?
  4. Cómo mejorar la memoria
  5. Trastornos de la memoria
  6. Consultas habituales

¿Qué es la memoria?

La memoria es la capacidad del cerebro para codificar, almacenar y recuperar información cuando se necesita. Sin memoria, sería imposible llevar a cabo actividades diarias, establecer relaciones o aprender y progresar en nuestra vida. La memoria representa nuestra identidad y nos permite recordar experiencias pasadas, adquirir conocimientos y habilidades, y adaptarnos a nuevas situaciones.

Para entender cómo funciona la memoria, es importante conocer la anatomía y fisiología del cerebro. Las estructuras principales involucradas en la función de la memoria son el hipocampo, el giro parahipocampal, el cuerpo mamilar, el fórnix y el giro cingulado. Estas estructuras trabajan en conjunto para fortalecer las conexiones sinápticas entre las células nerviosas, lo que permite el almacenamiento de la información en forma de recuerdos.

La formación de la memoria implica varios procesos, como la codificación, el almacenamiento y la recuperación. La codificación se refiere a la transformación de la información en una forma utilizable, y el almacenamiento implica la retención de esa información en la memoria. La recuperación es el proceso mediante el cual traemos a la conciencia los recuerdos almacenados.

Tipos de memoria

Existen tres categorías principales de memoria: sensorial, a corto plazo y a largo plazo.

Memoria sensorial

La memoria sensorial es la forma más breve de memoria. Se encarga de recibir estímulos de los cinco sentidos y retenerlos brevemente pero de manera precisa. Esta memoria se almacena de forma automática y no puede ser prolongada mediante el ensayo. La memoria sensorial se convierte en memoria a corto plazo a través del proceso de atención, que consiste en concentrarse selectivamente en un aspecto del entorno mientras se ignoran otros elementos.

Memoria a corto plazo

La memoria a corto plazo se refiere a la retención de información durante un breve período de tiempo, que generalmente oscila entre segundos y minutos. Esta memoria implica recordar y procesar información al mismo tiempo. Solo se almacena una pequeña cantidad de información por un corto período de tiempo. La memoria a corto plazo se convierte en memoria a largo plazo cuando la información se almacena conscientemente a través de un proceso conocido como consolidación. Este proceso se ve favorecido por la repetición, la asociación de nueva información con conocimientos previos y/o un interés particular en el tema. El córtex prefrontal es el área principal del cerebro responsable de la memoria a corto plazo.

Memoria a largo plazo

La memoria a largo plazo se refiere al almacenamiento continuo de información. Esta información generalmente está fuera de nuestra conciencia, pero puede ser llamada a la memoria de trabajo cuando es necesaria. Algunos recuerdos son fáciles de recordar, mientras que otros son más difíciles de acceder. La memoria a largo plazo se divide en dos tipos: explícita e implícita. La memoria explícita incluye los recuerdos que están disponibles en la conciencia, como los recuerdos episódicos (eventos específicos) y los recuerdos semánticos (conocimientos sobre el entorno). La memoria implícita se refiere a los recuerdos que son principalmente inconscientes, como la memoria procedural (habilidades motoras) y la memoria emocional.

¿Cómo se relacionan la memoria y la inteligencia?

La memoria y la inteligencia están estrechamente relacionadas entre sí. Aquellos que obtienen mejores resultados en pruebas de inteligencia suelen ser más exitosos en entornos escolares y laborales, y llevan vidas más saludables y longevas. La inteligencia es importante para enfrentar un entorno complejo y está relacionada con la capacidad de adaptar nuestro pensamiento a nuevos problemas o situaciones cognitivas.

La memoria de trabajo, en particular, está fuertemente correlacionada con la inteligencia en niños y adultos. La memoria de trabajo es el sistema cognitivo que nos permite mantener la información disponible para su procesamiento. Los niños que tienen un mejor rendimiento en tareas de memoria de trabajo también obtienen mejores resultados en pruebas de matemáticas, lenguaje, lectura e inteligencia. A medida que la memoria de trabajo se desarrolla hasta la adultez joven, los niños mayores superan a los más jóvenes en tareas de memoria de trabajo.

Existe una relación estrecha entre la inteligencia y la memoria de trabajo, y ambos desempeñan un papel importante en diversos aspectos del desarrollo durante la infancia. Curiosamente, ambas involucran áreas prefrontales del cerebro. Esto plantea la pregunta de si las personas más inteligentes muestran más actividad en el cerebro prefrontal cuando resuelven problemas que involucran la memoria de trabajo.

En adultos, se ha demostrado que las personas más inteligentes exhiben menos actividad cerebral que las personas de menor inteligencia al resolver tareas simples a moderadamente difíciles. Las personas más inteligentes son más eficientes en la resolución de problemas porque requieren menos energía.

Se sabe poco sobre si este tipo de eficiencia neural también se encuentra en niños de diferentes grupos de edad y cómo se ve influenciada por la edad. Por lo tanto, mi equipo y yo estamos tratando de responder la siguiente pregunta: ¿Existen diferencias en la actividad cerebral entre niños de 10 y 12 años de mayor y menor inteligencia?

Para responder a esta pregunta, visitamos escuelas, donde los niños de 10 y 12 años resolvieron una prueba de inteligencia fluida. Si el coeficiente intelectual (CI) de los niños estaba dentro de nuestro criterio para el grupo de inteligencia inferior (CI ≤ 96) o superior (CI ≥ 115), se les invitó a participar en sesiones adicionales en nuestro laboratorio.

Un total de 117 niños resolvieron una tarea de memoria de trabajo en nuestro laboratorio. En esta tarea, los niños escuchaban una secuencia mixta de letras y números y se les pedía que los repitieran, primero en orden numérico y luego en orden alfabético. Se evaluó la actividad cerebral en la corteza prefrontal utilizando espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS).

Los resultados preliminares de los datos de NIRS revelaron patrones opuestos en los dos grupos de edad. En el grupo más joven, los niños más inteligentes mostraron un aumento en la actividad cerebral en comparación con los niños de menor inteligencia. En el grupo más mayor, por el contrario, los niños de menor inteligencia tendieron a mostrar un aumento en la actividad cerebral en comparación con los niños de mayor inteligencia.

Estos resultados sugieren que tanto la edad como la inteligencia afectan la actividad en el área frontal del cerebro que se activa durante una tarea de memoria de trabajo.

Cómo mejorar la memoria

Existen diversas formas de mejorar la memoria. Mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, no fumar, mantener los niveles de azúcar en sangre, colesterol y presión arterial dentro de los rangos normales y evitar el sedentarismo son algunas de las estrategias que pueden ayudar a mejorar la memoria y la salud cerebral en general.

Además, practicar la recuperación de información previamente aprendida puede ayudar a consolidar y mejorar la memoria. Esta técnica implica recordar activamente la información en lugar de simplemente revisarla pasivamente. Otros métodos como asociar nueva información con conocimientos previos, utilizar técnicas mnemotécnicas y fomentar un ambiente de aprendizaje estimulante también pueden ser útiles para mejorar la memoria.

Trastornos de la memoria

Es normal olvidar cosas de vez en cuando, como dónde dejamos las llaves. Sin embargo, las personas que olvidan cosas con más frecuencia pueden tener un deterioro cognitivo leve. Aquellos que olvidan cómo usar el teléfono o encontrar el camino a casa pueden estar mostrando signos de un problema más grave, como la enfermedad de Alzheimer.

La memoria también puede verse afectada por trastornos como el trastorno por estrés postraumático, la depresión y la ansiedad. Estos trastornos pueden afectar negativamente la capacidad de codificar, almacenar y recuperar información.

Consultas habituales

  • ¿Qué es la memoria y cómo funciona?
  • ¿Cuáles son los diferentes tipos de memoria?
  • ¿Cómo se relaciona la memoria con la inteligencia?
  • ¿Qué se puede hacer para mejorar la memoria?
  • ¿Cuáles son algunos trastornos de la memoria?

La memoria y la inteligencia son aspectos fundamentales de la capacidad cognitiva del ser humano. La memoria nos permite almacenar y recordar información, mientras que la inteligencia nos permite procesar y utilizar esa información de manera eficiente. La memoria y la inteligencia están estrechamente relacionadas entre sí, y ambas juegan un papel importante en nuestro desarrollo y funcionamiento cognitivo. Mejorar la memoria es posible a través de diversas estrategias, y es fundamental cuidar nuestra salud cerebral en general para mantener un buen rendimiento cognitivo a lo largo de la vida.

Si quieres conocer otras notas parecidas a Anatomía y fisiología de la memoria y la inteligencia: tutorial completa puedes visitar la categoría Inteligencia.

Subir